Capítulo 4.1

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Era un espléndido día para JongIn. Según le habían dicho, las obras de su local estaban casi listas. En unas tres semanas, su nueva tienda abriría al público, justamente el catorce de febrero, tal como estaba previsto. Y ese día celebrarían también el quinto aniversario de su cadena con magníficos regalos y novedosos productos.

Do Kyungsoo permanecía quietecito y callado gracias a sus múltiples demandas, y el padre de JongIn  llevaba tranquilo mucho tiempo, desde que él le había prometido que se encargaría de su problema.

Un simple negocio como el de ese doncel nunca podría competir con sus decenas de tiendas, Do Kyungsoo simplemente sería aplastado en el proceso.

Aunque eso parecía que aún no había tomado forma en la mente de ese insidioso doncel, que cada vez que lo demandaba se enfrentaba a él con la cabeza alta y sin dejarse amilanar por sus caros abogados, aunque sus deudas debían de estar empezando a amontonarse.

Había que admitir que el joven Kyungsoo mostraba coraje al hacerle frente, pero llegaría el momento en que ese coraje no le serviría para nada. Desde su moderno despacho en la nueva sede de aquella pequeña ciudad, JongIn observaba un hermoso paisaje a través de las grandiosas ventanas, sin límite ninguno para la vista.

Una copa del brandy más pecaminosamente caro que se podía permitir descansaba en sus manos, deleitando su paladar, mientras que, ñ sentado en su confortable sillón, él repasaba con una maliciosa sonrisa todo
lo que habían hecho sus abogados contra
Love Dead en los últimos once meses.

—Señor, ha llegado un paquete de parte de Do Kyungsoo. Como usted nos ordenó, no hemos dejado pasar al repartidor pero le hemos subido inmediatamente el regalo —anunció Mingyun, su madura secretaria, dando paso a uno de sus empleados, que portaba una hermosa caja con una bonita tarjeta.

—Gracias, eso es todo, señora Kim —contestó JongIn, despidiendo así a sus empleados.

Se sentó de nuevo en su sillón y, con suma tranquilidad, abrió el regalo a la espera de nuevos insultos, igual que los que había estado recibiendo a lo largo de los últimos meses. Algo que a él simplemente le hacía sonreír. ¿Qué sería esta vez: una soga-corbata, un terrorífico muñeco sorpresa...?

—¡Esto sí que no me lo esperaba! —se carcajeó Jack, mientras observaba detenidamente su regalo y buscaba la tarjeta que lo acompañaba. Como le gusta tanto joder a la gente, creo que le gustará este presente. Feliz quinto aniversario,
señor Eros.

JongIn leyó detenidamente la nota, sin
poder dejar de reírse ni un solo instante
ante el insultante regalo. Aquel provocativo muñeco de Cupido con una flecha clavada en el trasero le recordaba que ya era hora de que se diera  conocer ante Do Kyungsoo.

Ya había transcurrido su período de tregua, ahora era cuando comenzaba la auténtica
guerra. Y si el joven Do creía que hasta entonces se había enfrentado a alguien despiadado, era que aún no sabía de lo que Kim JongIn era capaz.

Gracias por leer esta historia es algo larga pero ya mérito se viene lo bueno.

Nos leemos mañana.

💋

El amor nos separará (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora