El amor nos separará (Kaisoo)

Capítulo 24.3

—Kyungsoo, ¿me puedes explicar una vez más por qué estoy haciendo de espía para ti, cuando debería estar encargándome de acordar nuevos precios con los proveedores? —se quejó Baekhyun, mientras conducía su coche en busca de una dirección.

—¡Te lo he explicado cien veces! Quiero saber con quién narices ha quedado JongIn y, dado que él conoce mi coche, he tenido que reclutarte. ¡Ahora gira a la derecha en la siguiente calle!

—indicó Kyungsoo, mirando la dirección
apuntada en una hoja de papel.

—¿Y se puede saber cómo has conseguido la dirección? —quiso saber su amigo, preocupado por sus locos arrebatos.

—Mark ha soltado la lengua cuando lo he amenazado con contarle una pila de patrañas a Seulgi sobre él. ¡Como si yo fuera capaz de hacer eso! —añadió Kyungsoo, señalándole el lugar a Baekhyun.

—Bueno, aquí estamos —anunció éste, aparcando en el primer sitio libre que encontró junto a un antiguo y regio
edificio.

—Parece ser que JongIn también ha
llegado a su cita —dijo Kyungsoo, señalando el lujoso deportivo que destacaba entre los demás vehículos aparcados.

—Creo que hay algún tipo de reunión —dedujo Baekhyun, después de ver un gran letrero anunciando algún evento. Se acercó—. ¡Ven a ver esto!— apremió de inmediato a su amigo.

—«Reunión mensual del COTOR para actuar contra la inmoral tienda del distrito comercial» —leyó Kyungsoo, sin inmutarse—. La «inmoral tienda» debemos de ser nosotros.

—Sí, aunque creo que alguien quiere abrir un sex-shop en el local número nueve.

—«Temas que tratar: cierre de Love Dead» —continuó Kyungsoo, sacándolos a ambos de dudas—. Por lo visto, los sex-shops sí les gustan.

—No te creas —dijo Baekhyun, señalando el último punto de la lista—: «Impedir que se abra un sex-shop en el distrito comercial». Definitivamente, esas personas tienen demasiado tiempo libre. Deberían buscarse algún hobby — señaló un poco hastiado.

—Ya lo tienen: joder a la gente — replicó Kyungsoo, mientras daba vueltas a
qué podía estar haciendo JongIn allí.

—¿Crees que JongIn se habrá unido al Comité? —preguntó Baekhyun un poco
confuso.

—¡Ni de coña! Pero ¿qué demonios...? —exclamó Kyungsoo, cuando vio irrumpir en el aparcamiento la furgoneta de Love Dead. En cuanto Suho estacionó, Baekhyun y Kyungsoo se dirigieron hacia él, dispuestos a saber lo que estaba ocurriendo. Su compañero les dirigió una alegre sonrisa, mientras sacaba de la parte trasera del vehículo un centenar de los famosos globos Pienso en ti, que eran los predilectos de sus clientes por el impertinente gesto del dedo corazón, con el que siempre se hacía comprender con facilidad a los rivales lo que se pensaba de ellos.

—¿Qué narices estás haciendo aquí, Suho? —preguntó Kyungsoo, aún sin entender lo que estaba ocurriendo.

—Veo que JongIn no te ha contado nada. Hoy es un día muy importante para nosotros. Creo, de hecho, que lo apuntaré en la agenda: hoy es el día en que el famoso dueño de la cadena de tiendas Eros ha contratado nuestros servicios, y, por lo que puedes ver, ha hecho un gran encargo.

—¿Se puede saber qué pretende hacer ese loco? —inquirió Kyungsoo, alterado con las extravagantes ideas de su amante.

—No lo sé —respondió Suho—. Yo solamente cumplo con un encargo. ¿Por qué no entráis a la reunión y lo veis por vosotros mismos? Creo que con toda la gente que hay en el local, nadie notará que estáis ahí. Yo vuelvo al trabajo. Creedme, chicos, ¡todavía tengo mucho que hacer!