Capítulo 21

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Kim JongIn tenía un pésimo día, en el que creía que ninguna noticia podía empeorar más su mal humor. La noche anterior estaba tan cansado que, después de finalizar su jornada laboral en Love Dead, había decidido quedarse a dormir en el apartamento de Kyungsoo, algo que no consiguió, porque allí todo le recordaba
a su dueño.

Se había levantado añorando más que nunca oír su voz, aunque sólo fuera para discutir con él, pero cuando bajó para encargarse un día más de la tienda, encontró a su hermano esperándolo junto a la puerta. Mientras abría, JongIn miró a Minseok con rabia, viéndolo tan tranquilo y despreocupado. Además, había vuelto a desempolvar sus trajes e iba tan impecable como antaño.

—Veo que ha vuelto tu antiguo yo —comentó JongIn.

—Sin embargo, a ti te veo muy desaliñado. No puedo creer que el hombre que tengo delante sea el famoso gigoló al que adoraban todas las personas  —replicó Minseok, ante su descuidado aspecto. JongIn llevaba unos viejos vaqueros, una camisa mal abotonada y unas pesadas botas. Junto con una barba de varios días y pelo alborotado, la verdad era que no tenía demasiada buena pinta.

—¿Qué haces aquí? —le espetó furioso, muy consciente de que Minseok era el culpable de gran parte de sus desdichas.

—He venido a ayudarte — respondió éste—. Según nuestro padre, lo necesitas y, viéndote, comienzo a sospechar que está en lo cierto.

—¡No necesito la ayuda de nadie y menos aún la de una babosa rastrera como tú! ¡Lárgate!

—Créeme, si por mí fuera, dejaría que te pudrieras en este jodido agujero, pero la verdad es que temo que puedas arruinar el negocio y acabar con una de las cosas más queridas por Kyungsoo.

—Así que quieres ayudar, ¡incluso después de todo lo que has hecho! ¡De lo mucho que me has jodido! ¿Todavía tienes intención de ir detrás de mi doncel?

—Que yo sepa, Kyungsoo no es de tu
propiedad. Ni siquiera teníais una
relación estable.

—¡Hijo de puta! ¡Estaba a punto de
tenerla cuando tú te metiste en medio!

—Yo sólo le hice ver lo equivocado que estaba contigo, hermanito.

—Kyungsoo es la persona que mejor me
ha conocido, más que nadie. ¡Ni siquiera
tú sabes realmente cómo soy! —declaró
JongIn, desdeñoso.

—Así que debajo de esa fachada de niño bonito hay algo más... —se burló Minseok, sin importarle demasiado los sentimientos de su hermano.

—Sí, mucho más de lo que ves. ¡Y créeme si te digo que, cuando Kyungsoo vuelva, nada ni nadie va a conseguir alejarme de él!

—¿Aún crees que volverá? — preguntó Minseok, sarcástico.

—No es que lo crea, lo sé: él volverá.

—¿Por qué? No tiene ninguna razón para hacerlo. Lo ha perdido todo: su negocio, su casa, incluso al hombre al que creía amar.

—Volverá porque me quiere y porque es un luchador que nunca deja las cosas a medias.

—¿Y me puedes explicar por qué no está aquí ya?

—Muy fácil, si lo conocieras como yo lo conozco, lo sabrías.

—Ilústrame —lo retó Minseok.

—Kyungsoo sólo está haciendo lo que
siempre hace en estos casos: me está
dando una lección.

—¡Ah! Y, según tú, ¿cuándo volverá?

—¿No es obvio? Cuando mi vida esté lo bastante jodida para su gusto —declaró JongIn, entrando en la que ahora era su nueva tienda, la nociva Love Dead, que poco a poco estaba acabando con él.

El amor nos separará (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora