-ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ ᴀʟᴘʜᴀ-

Capítulo 47

Nadie.

Nadie puede decir que el amor permanece más allá del dolor, porque el dolor te carcome y te hace trizas.

El amor también duele, pero conlleva al dolor eventualmente.

Por esta razón, alguien que no ha perdido a su omega destinado, no puede decir que el alfa exagera al sentirse muerto en vida.

No hay derecho.

No hay forma de dar tu opinión tan confirmativa; si no pasaste por eso. Hay que callar, hay que visualizar, entender y luego hablar.

En estos momentos, Jimbei alejó las lágrimas que caían de sus ojos y tomó al alfa destruido en sus brazos, notando lo inmóvil que estaba, notando que su olor desapareció.

Apretó sus labios, dándole una última mirada al omega que sonreía a pesar de su muerte… y dolía.

Dolía ser él quien viera la destrucción de su amor.

Dolía ser él quien vio como se apagó la última llama dorada.

Dolía ser él quien entendiera que ese alfa brillante en Impel Down, no volvería a ser el mismo.

Pegó a Luffy a su pecho, sintiendo al alfa temblar inconsciente.

El magma caliente se sentía por su espalda y su corazón se aceleró en angustia agonizante.

¿Era tan malo nacer? Pensó.

Luffy sufría, sufría y su mente se apagó. Era un alfa roto, un alfa que había dejado atrás lo que más amó.

Ahora era una cáscara.

El Magma lo golpeó, golpeó a Luffy y jadeo de dolor, mas su andar nunca se detuvo, porque Ace nunca se detuvo en su voluntad de proteger a su alfa.

“Por favor, Jimbei, protégelo. Es mi vida entera.”

Y Jimbei hará lo posible para proteger al pequeño alfa que se había ganado su respeto en horas.

Entonces, del mar rugió un submarino.

Los dedos de alfa se movieron y Jimbei apretó más su agarre.

Levantó su mirada, encontrándose con la de un oso blanco, el cual exclamaba tener la presencia de Mugiwara en su barco, si quería que viviera.

Y Jimbei quería que su voluntad de vivir, siguiera intacta.

Ambos cayeron en el submarino, las heridas dolían, pero dolía más el remordimiento y los pensamientos.

El sombrero de Luffy cayó en su mano, desviando su mirada hacia Buggy y luego a Shanks, el alfa que le daba la espalda.

Pero no era hora de pensar en otra cosa, debía salir de allí y alejarse de la guerra, si quería que Luffy viviera.

‘¡No vivir! ¡No vivir sin omega! ¡No quiero!’

—¡—

Law realmente no sabe como sucedió todo.

Fue inquietante.

Fue agonizante.

Y doloroso. Tal vez.

De un momento a otro, estaban viendo la transmisión en vivo de la ejecución de Portgas D. Ace, hermano de Monkey D. Luffy.

Hermano que Luffy le contó.