Proyecto «Conociendo a Yavé».
Básicamente, el análisis bíblico de una criticona que terminó siendo Ovejhacendosa. Mis primeros pasos, pensamientos que pueden o no cambiar con el paso del tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
22 de febrero del año 2022
Sí, al final fueron dos entradas. ¿Te ríes de mí en mi cara, Dios? (???) Lo testamentera siempre me gana, lol.
¿En qué estaba? Ah, estaba a punto de hablar de la ingratitud.
Sí, ya en la época de Gedeón exitoso. Es claro que Gedeón demostró que Dios eligió bien. Tuvo la humildad suficiente y la gratitud suficiente para proclamar que Dios era el rey y no él. Eso fue hermoso e inspirador.
Mi análisis va más bien hacia la gente. Gente que sabía lo que había ocurrido apenas una generación atrás. ¿Cómo es posible que, cuando Gedeón murió, la gente haya olvidado otra vez a Yavé? Cuando leí el último versículo de este capítulo, me dije que la gente solo cree en lo que puede ver, que incluso aunque Gedeón les dijo que Dios sería el rey, ellos podían haber visto a Gedeón como su gobernante. Se mantenían fieles a Dios porque contaban con la presencia de Gedeón. Gedeón era su líder y ellos creían y sabían lo que el hombre había hecho por el pueblo.
Pero incluso así...
¿No podían haber mantenido las costumbres del tipo que peleó por ellos por, al menos, unas décadas?
Vemos entonces que no se trata de un tema de ver o no ver, de creer o no creer, se trata de un tema de ingratitud. Si la gente no pudo mostrar gratitud a Gedeón, mucho menos a Dios. Si nosotros no podemos mostrar gratitud a los que tenemos al lado, mucho menos la mostraremos a Dios.
Habemos algunas personas que funcionamos al revés, que encontramos más sencillo relacionarnos con lo que no vemos que con lo que vemos. Incluso nosotros deberíamos comprender que la gratitud no es incompleta, que no hay mérito en mostrar gratitud a Dios mientras somos ingratos hacia quienes nos rodean. Y deberíamos... deberíamos intentar ser simplemente agradecidos.
Entonces... Luego de esta larga reflexión que he tenido que dividir en dos partes, he llegado a la conclusión de que tanto la inseguridad como la ingratitud nos alejan de Dios, pero si me preguntan cuál de las dos es más urgente curar, diría sin dudar que es la ingratitud.
