Proyecto «Conociendo a Yavé».
Básicamente, el análisis bíblico de una criticona que terminó siendo Ovejhacendosa. Mis primeros pasos, pensamientos que pueden o no cambiar con el paso del tiempo.
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27 de diciembre del año 2022
Declaro este como mi libro favorito, hasta la fecha.
Tan pronto como empecé a leer, noté que este libro sería una especie de ¿diario? Okay, no un diario en sí, pero sí algo mucho más personal que los libros anteriores. Los libros anteriores se han basado en acciones y hechos más que en impresiones personales. Incluso los proverbios, pues, aunque ellos tienen un matiz personal, su narrativa parece la de una lección educativa (la cual amo, cabe resaltar).
Pero Eclesiastés es... Cuando leía sentía que estaba leyendo, de hecho, una carta. Una carta donde alguien me estaba contando su vida y su búsqueda de la verdad.
Por eso decidí buscar quién fue su autor. Acudí a Google y no solo encontré que, muy probablemente, el autor fue Salomón (autor de los proverbios y el cantar de cantares), sino que también encontré un muy interesante artículo que mencionaba que Eclesiastés suele ser un libro citado por hedonistas y ateos. Sobra decir que esto me sorprendió muchísimo.
Cuando leí la razón, me preocupé.
El artículo mencionaba que estas personas suelen "argumentar" (si es que eso se puede considerar argumento) que Eclesiastés propone el hedonismo como estilo de vida, que alienta a beber y a dejarse llevar por impulsos, que alienta el "carpe diem" y solo vivir la vida, que decía que no había vida después de la muerte, etc.
Yo no sabía que "Carpe diem" y vivir la vida al máximo eran cosas incompatibles con la vida de fe, pero bueh(?). Estamos claros en que temía seguir leyendo Eclesiastés y encontrar cosas raras, ¿sí?
No encontré nada raro. Y ahora me río porque, habiendo leído el libro completo, puedo entender su sentido y puedo entender por qué los cerebros literales no son capaces de comprenderlo.
Como dije al inicio, capté de inmediato que este libro sería una reflexión personal del autor. Teniendo en cuenta que se trata de Salomón, aquel que tuvo que aprender por las malas a ser leal a Yavé, no me sorprende que hable del hedonismo. Es más, me encanta que dice que cualquier joven puede dejarse llevar por los impulsos de su corazón y los deseos de sus ojos, PERO QUE NO OLVIDE que Yavé lo llevará a juicio por eso.
Me encanta que nos anima a vivir al máximo, a acordarnos de Yavé en nuestros años de juventud, a no ser como él y meditar en Yavé solo al alcanzar la vejez. Hasta yo entendí la esencia de este libro. Yo, que soy una simple lectora.
Amo que la lectura de Eclesiastés fue como la vida misma. Empezamos con la búsqueda de un propósito, con una crítica a los afanes materialistas del mundo. Las vanidades. Luego pasamos a una reflexión jovial que anima a trabajar y a beber (como celebración, NO para que te embriagues xD) por el trabajo hecho. Luego pasamos al pesimismo inevitable que surge cuando vemos las injusticias del mundo, a la madurez que implica comprender que tanto el sabio como el necio tienen acceso a la misma suerte y que ser bueno no te exime de la fatalidad.
La esperanza juvenil muere.
Todos vamos a morir y, como todos somos pecadores, todos iremos al Seol. Entonces no hay vida después de la muerte, solo volveremos al polvo. Y era cierto, recordemos que Salomón vivió antes de que naciera Yeshua, quien derrotó a la mismísima muerte. ¡Hasta yo entendí! xD
¿Y cómo termina Eclesiastés?
Ah, con el reflejo de la ancianidad, con la mayor sabiduría de todas:
«La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto concierne a toda persona. Porque Dios traerá toda obra a juicio, junto con todo lo oculto, sea bueno o sea malo».
He ahí la conclusión de una vida entera de búsqueda. Esto me hizo preguntarme si cuando Salomón pidió a Yavé sabiduría fue realmente consciente de lo que Yavé le daría. Yavé no solo le dio sabiduría, sino que hizo que su vida entera fuera una lección de sabiduría, para que quienes leamos podamos reflexionar a través de sus virtudes y sus defectos, a través de sus aciertos y de sus errores.
¿Cómo podría Salomón haber cometido errores, si era el hombre más sabio?
He aquí, la sabiduría no es la falta de errores, sino el aprendizaje de estos.
Hice bien al optar por leer todo antes de emitir opiniones. Eclesiastés es un libro que, en mi humilde opinión, se comprende como un todo y no por partes. Toda la Biblia es así, de hecho, pero Eclesiastés en especial...
Y eso es todo. Creo que el libro que sigue es el Cantar de cantares, no estoy segura... Hmmm. Como sea, Eclesiastés ha dejado la valla bien alta xD Veremos qué libro que lea en el futuro consigue superarlo, LMAO.
