Salmos 150:6 | ¿Qué clase de oveja eres tú?

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3 de diciembre del año 2022

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3 de diciembre del año 2022


Llegué al final de los salmos. Se siente extraño, parte de mí ya se estaba acostumbrando a recitarlos cada mañana. Ahora volveré a la lectura habitual (lo cual no es nada desdeñable, todo sea dicho).

Tengo entendido que estos salmos eran cantados en la antigüedad. Tengo curiosidad respecto a cómo sonaban, sobre todo cantados por David.

Ah.

Pero, ya que estamos con los salmos, mencionaré dos cosas. La primera es que me gustó que los temas tocados fueran variados y que, incluso dentro de esa variedad, todo apuntara a vivificar. Cada mañana que recité salmos me trajo fuerza y felicidad. Plenitud.

La segunda cosa es una reflexión que nació a raíz de uno de los salmos. Pensaba que había escrito algo al respecto, pero me di con la sorpresa de que no es así. Hablo del salmo que dice "Yavé es mi pastor, nada me faltará", el salmo 23. Mi reflexión está orientada al uso de la palabra "pastor".

¿Qué tiene de especial el pastoreo?

Intenté visualizar a un pastor con sus ovejas. Cuando el pastor las pasea, no guía yendo por delante. El pastor se mezcla con ellas y las redirige con su cayado. Los golpecitos que les da a los lados no son dolorosos, porque las ovejas tienen cuerpos bastante acolchaditos. Incluso los pastores que usan perros ovejeros no usan fuerza bruta, sino que sus perros ladran cuando las ovejas se salen del camino, para hacerlas volver.

El pastor no impone, guía con cuidado. A menudo, le pone nombre a cada oveja y sabe cuál es la que se ha perdido. Ni siquiera puedo contar las veces en que he visto a un pastor caminar por montes y buscar a "Manchita" por el campo, porque la tal Manchita es la más inquieta del rebaño. El trabajo de los pastores es impedir que las ovejas se pierdan.

Y, mientras más lo pensaba, más sentido le encontraba. Cuando, muchos años luego de David, nació Yeshua, él actuó como un pastor. Él nos llamó sus ovejas y esa es otra cosa que tiene todo el sentido del mundo.

¿Qué cosa?

Que todos somos ovejas.

Las ovejas no son cuidadas para morir, como los cerdos u otros animales. El mayor bien que obtienes de una oveja es su lana. Me gusta que Yeshua nos haya visto como a ovejas, porque creo que poder quitarte la lana es genial; es como mudar de piel, es como ser transformado. Y luego el ciclo vuelve a empezar. Todos podemos hacer eso, todos tenemos (por el solo hecho de ser humanos) la capacidad de cortar nuestra lana y volver a empezar.

Acabo de recordar un reportaje que vi sobre pastoreo en Cusco. Había una oveja a la que acababan de quitarle la lana. Su pastor le había puesto una chompa para protegerla del frío. ¡Fue la cosa más tierna! T_T La ovejita con su chompa, asdsskxmd.

Okay, vuelvo al tema.

Todos somos ovejas, lo cual es bastante genial. Aun así, cierto es que se suele minimizar la imagen de la oveja. ¿Por qué?... Por ser parte de un rebaño, por no sobresalir. Hay quienes usan "oveja" como insulto, para catalogar a alguien que no toma decisiones por sí mismo, alguien que no tiene libertad.

Ya dije. Todos somos ovejas.

Todos, en mayor o menor medida, somos "esclavos" de algo. Hay ovejas que son pastoreadas por su mente, por su corazón, por su trabajo, por su ego, por sus valores, por su familia, por la sociedad, por sus tradiciones, etc. Nadie es totalmente libre, porque para obtener libertad total tendríamos que despojarnos de todo aquello que nos define y limita. Despojados de nuestra identidad misma, solo quedaría el alma. Entonces todos somos esclavos, todos seguimos algo, todos somos ovejas.

Estamos las ovejas que sabemos que somos ovejas y están las ovejas que creen que son leones. Lo que me gusta de Yavé es que su palabra en ningún momento me dijo que yo dejaría de ser una oveja. Me dijo que sería libre (lógicamente, las almas tienen libertad), pero que tenía que entregarle el control a él, porque él es el pastor, el guía. Nunca me engañó. El que engaña es el otro, el que te hace creer que eres libre siendo oveja de tu ego, siendo esclavo de tu forma de pensar, siendo oveja de tu propio corazón, siendo esclavo de la sociedad. El que te hace creer que la libertad total existe en el mundo. El mentiroso.

Soy una oveja que sabe que es una oveja y que eligió a su pastor. ¿Qué clase de oveja eres tú?

Dejaré la reflexión hasta aquí. Esta es la lección que me deja el libro de los salmos. Sigue Proverbios. ¡Muero de ganas de leer!

MPLB: Mi Primera Lectura BíblicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora