Jueces 21:25 | Sí, jueces

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28 de febrero del año 2022

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28 de febrero del año 2022


Jueces. Desde la primera aparición de esa palabra en el libro, me intrigó su significado.

Haciendo un repaso rápido a mi memoria, creo que todas las personas que fueron jueces fueron también personas más guerreras que iluminadas. Noto que siempre se usó la frase "juzgar a Israel", no "guiar/gobernar a Israel".

Y es que, a fin de cuentas, estas personas no estaban destinadas a ser reyes o guías espirituales. Ni profetas. Estas personas estaban destinadas a ser usadas por Dios para juzgar el mal actuar de Israel y de aquellos que habían hecho mal a Israel. Cuando leía, ellos me daban la impresión de ser "castigadores", en el sentido más amable de la palabra.

Sobra decir que, de lejos, mi favorito fue Gedeón. No Jerobaal, Gedeón.

El libro termina con un versículo curioso. "Cada quien hacía lo que veía correcto a sus ojos". ¿No es eso lo que hacemos ahora? Incluso las religiones y las congregaciones más establecidas son dirigidas por mujeres y hombres devotos de Yavé pero que, a fin de cuentas, tienen el conocimiento que corresponde a un ser humano.

Ellos aplican a sus vidas lo que Dios les indica, pero a cada uno de nosotros Dios nos comunica cosas a su manera y a su tiempo. Como seres humanos, no siempre podemos coincidir. Mientras más aprendo sobre las palabras, más comprendo lo imperfectas que son. Cada quien puede interpretar una cosa de mil maneras y en cada mundo que es una cabeza, todas pueden ser correctas.

Pero amamos, ¿o no? Y tenemos fe, y creemos, y al final del día esas cosas que no vemos son las únicas en las que podemos coincidir sin falla, porque podemos prescindir de nuestras imperfectas palabras. La única palabra perfecta es la de Yavé, cuando le habla a nuestros corazones y no podemos discernir el lenguaje pero sabemos que él lo hace.

Tal vez lo mejor que podemos hacer es "hacer lo que cada uno siente correcto en su corazón", ya que es ahí donde Dios nos habla. No al corazón que se confunde con emociones volátiles, sino al corazón del cual mana la vida. El corazón que alberga nuestro amor, nuestra esencia como seres humanos. Tal vez.

Solo divago.

MPLB: Mi Primera Lectura BíblicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora