Éxodo 39:43 | Las manos de Bezaleel & Aholiab

3 3 0
                                    

31 de marzo del año 2022

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

31 de marzo del año 2022


He aquí, que cuando Yavé decide usar tus manos, no hay bendición más grande.

Esta puede ser una perspectiva demasiado personal, pero ¿no se trata de eso? Encuentro bellos los versículos donde se menciona el trabajo de los israelitas para el tabernáculo. En primer lugar, todos colaboraron. Yavé movió sus corazones y todos se involucraron en la labor.

Aun así, debo admitir que mis pasajes favoritos fueron los de Bezaleel y Aholiab.

Como mujer de letras, siento un respeto magnánimo hacia las manos. Mis manos son mi parte favorita de mi cuerpo, de hecho, porque con ellas creo. Ellas ejecutan lo que Dios y mi mente dictan. En estos últimos tiempos he adquirido la costumbre de encomendarle a Yavé todo lo que escribo. Le pido que use mis manos y puedo decir que he sentido que lo ha hecho. No soy una iluminada ni nada similar, pero creo que todo trabajo puede ser entregado a él y que él puede manifestarse en todo trabajo.

Ha habido veces en que he escrito sin recordar del todo mi proceso, pero cuando leo encuentro una cosa tan bella que estoy segura de que no la creé yo sola. Tengo el talento, pero siento a Yavé ahí (a fin de cuentas, todo talento viene de él). Creo que mi propio estilo ha cambiado, lo puedo ver porque conservo en mi página todos mis escritos y noto lo mucho que he cambiado con los años. Noto que desde que Dios cuida mi trabajo no solo me va mejor, sino que me siento más plena al trabajar. No siento cansancio ni me enredo con mil ideas. No hay ataques de pánico ni procrastinación.

Así es trabajar con Dios.

Me gusta la forma en que se hace hincapié en Bezaleel y Aholiab siendo tocados por Yavé para poder trabajar, porque puedo saber y sentir el amor y el entusiasmo que ellos deben haber sentido. La sorpresa al ver que trabajan incansablemente pero que no se agotan. Los momentos de descanso en que hay un buen sabor de boca porque sabes que estás creando algo guiado por Dios. El asombro al ver que puedes lidiar con el estrés y con la impaciencia. La constancia. La calidez que sientes en el pecho cuando terminas, cuando tu primer impulso es agradecerle por haberte ayudado a concluir tu trabajo. Sé lo que se siente.

Veo a tanta gente que piensa que el trabajo debe ser sufrido y estresante... Alguna vez incluso me han acusado de no estar trabajando cuando me río viendo mi laptop. ¿No puedo divertirme mientras trabajo? ¿No puedo disfrutar al crear algo? No entiendo a la gente y, en parte, eso me alegra.

En fin, volviendo a Bezaleel y Aholiab, me siento feliz por que hayan podido experimentar qué se siente que Yavé use tus manos para crear. Para un artista no existe mayor éxito y sueño que ese.

MPLB: Mi Primera Lectura BíblicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora