Proyecto «Conociendo a Yavé».
Básicamente, el análisis bíblico de una criticona que terminó siendo Ovejhacendosa. Mis primeros pasos, pensamientos que pueden o no cambiar con el paso del tiempo.
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20 de abril del año 2022
Tengo un padre letal. Sigo a un padre que, aunque devoto y compasivo, es también feroz y poderoso. Sigo a un padre que se indigna ante la injusticia y que protege lo correcto. Sigo a un padre que aborrece la iniquidad y las habladurías. Sigo a un padre que critica la chismosería.
Tengo un padre letal. Sigo a un padre que recuerda los gestos buenos por generaciones enteras y que no olvida sus promesas, pero que no tiembla cuando ha de reprender. Sigo a un padre que puede ser tan severo como tierno, que te arrulla con el mismo amor con que atraviesa a tus enemigos.
Tengo un padre letal. Sigo a un padre que se calmó cuando Moisés pidió piedad por quienes murmuraban contra él, pero que exterminó a los malvados cuando estos murmuraron contra Moisés. Sigo a un padre que sufre más por sus hijos que por sí mismo. Sigo a un padre que es un león protector cuando de sus hijos se trata.
Tengo un padre letal. Sigo a un padre que es muchas cosas. Mi padre es llamado Rey de reyes, Dios, Todopoderoso, Omnipotente y un largo etcétera. Y mi padre es todas esas cosas juntas, pero más que nada es... un padre. Y todo el que sea padre o madre entenderá los sentimientos descritos, porque Yavé, en su intenso amor, nos hizo a su imagen y semejanza.
Tengo un padre letal, amoroso, peligroso, compasivo, feroz, leal, estricto, devoto, complejo, justo, misterioso, misericordioso, temible. Mi padre es todo eso sin que ninguno de los adjetivos anule los otros. Mi padre es todo eso.
