Proyecto «Conociendo a Yavé».
Básicamente, el análisis bíblico de una criticona que terminó siendo Ovejhacendosa. Mis primeros pasos, pensamientos que pueden o no cambiar con el paso del tiempo.
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22 de marzo del año 2022
Esta es una reflexión concerniente a la conducta de la gente de Israel. A lo largo de este libro ellos tuvieron altibajos, clamando a Yavé en alguna oportunidad y manteniéndose incrédulos ante algunas obras de Yavé en otras.
Por un lado, comprendo tales altibajos. El ser humano es voluble, cambia su parecer según cambian las circunstancias. Esto es una virtud en algunos casos y un defecto en otros casos.
Esta vez, creo que fue un defecto.
No los puedo culpar o juzgar por no creerle a Moisés de buenas a primeras. Los falsos enviados de Dios abundan incluso ahora, es común ser estafado por ellos. No obstante, conforme el tiempo fue pasando, la gente vio las plagas y vio a Egipto caer en desgracia. Ellos incluso colaboraron y acataron lo que Moisés les dijo sobre la sangre en el dintel de las puertas para salvar a sus primogénitos. Es decir, manifestaron que estaban con Moisés, con Yavé y que querían salir de Egipto.
Lo que me molesta es lo que ocurrió después, cuando reprocharon a Moisés el liberarlos. Me parece increíble que prefirieran la esclavitud cómoda a los peligros de la libertad. Esto demuestra que ellos realmente fueron esclavizados no solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico.
¿De verdad pensaron que todo se arreglaría con salir de Egipto? ¡Salir era solo el inicio de la travesía! Me da mucho pesar que hayan empezado a dudar tan pronto, luego de todo lo que Yavé y Moisés hicieron por ellos, para sacarlos de ahí. ¿Por qué es así el ser humano? ¿Por qué somos tan inconsecuentes? ¿Por qué necesitamos ver para creer e, incluso viendo, no tardamos en olvidar? ¿Por qué somos ingratos?
No quiero ser así, quiero ser consecuente y agradecida, porque mi honor está en la rectitud de mi palabra y en mi lealtad. Quiero recordar siempre todo lo que Yavé ha hecho por mí y no ser como la gente de Israel y quejarme por los tiempos difíciles. No juzgo a quienes se quejan, nadie es de hierro y la realidad del mundo es abominable, pero yo no quiero ser así. Quiero que los recuerdos del amor de Yavé sean mi fuerza cuando los tiempos malos lleguen, y que me den esperanza y buen humor.
