Un encuentro más

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Gabriel

Me quedé mirando el cuerpo de esa mujer hasta que desapareció de mi campo de visión y sacudí la cabeza con fuerza, ignorando su loca presencia y su grosería. Nunca había conocido a una mujer que a la primera se enzarzara en una discusión conmigo, aunque agradezco que sacara a relucir su verdadera careta. Es senda descarada y no siente vergüenza alguna.

Es hermosa, demasiado bella, pero es una mentirosa de las grandes ligas. Su mirada azulada y su rostro casi angelical más ese cabello tan negro y sedoso, por poco me hace caer a sus pies. Me di cuenta a tiempo que era mujer ajena, de no ser así, me hubiera llevado una gran sorpresa después.

¿Cómo osa decirme que es horrible que niegue a una pareja que no existe, cuando ella ocultó a su esposo y luego le dio un golpe de moralidad?

Negar que me atrajo y me gustó de ipso facto sería una vil mentira. Es una chica preciosa, con una belleza exótica y un no sé qué que envuelve y llama la atención al instante. Sus curvas son perfectas, por más que sea delgada.

Un mes ha pasado desde esa noche que la conocí, pero todavía recuerdo cada detalle de su rostro a la perfección. No estaba ebrio como ella y es todo un fastidio pensar en que siempre me va mal con las mujeres que me gustan. Siempre son casadas, con algún problema a cuestas, con un desorden mental brutal o de esas que no buscan compromisos. Tengo que resignarme a quedarme solo y no darle más vueltas a este asunto, o es que quizás mi media mitad todavía no ha nacido.

—Sr. Mackenzie, ¿se encuentra bien? —la voz de mi secretaria me sacó de mis pensamientos.

—Sí, vamos que la Srta. Wilson nos está esperando.

No me gusta reunirme por fuera de la empresa, pero hemos trabajado con la Srta. Wilson por más de un año y no han habido problemas, además de que Keith huye de esa mujer como el diablo a la cruz, más ahora que ha estado tan irritable con la ausencia de su ángel negro.

—Buenas tardes, lamentamos llegar tarde.

—No te preocupes, Gabriel.

Mi secretaria y yo tomamos lugar en la mesa junto a ella y no perdió tiempo para empezar a explicar por qué nos había citado. Desde que ella se abrió campo en la industria, no ha dejado de crecer. Hemos trabajado de la mano en dos de sus bodegas y todavia tiene la ambición de seguir creciendo.

—Quiero abrir la oficina principal en Toronto. Compré un terreno y me gustaría que lo estudiaras primero para que me puedas decir de cuántos pisos se puede construir el edificio, así como empezar con todo el proceso para empezar de una vez.

—Keith es el que se hace cargo de los estudios de los suelos, las contrataciones y todo lo que sea previo a la construcción. Hablaré con él y le pediré que viaje para que haga el estudio del suelo y pueda darte toda la información que necesitas.

—Oh, no pensé que él se hiciera cargo de ello, por eso acudí a ti.

—También hago el estudio de los suelos, pero él te dirá qué proceso debes seguir para empezar con la construcción y todos los permisos que debes solicitar. Él se encarga de todo el papeleo y de la vía legal. Y el proceso de un edificio es completamente diferente al de una bodega. En cuanto Keith dé luz verde, empezaremos a trabajar en el plano del edificio.

—Comprendo.

—Contacta a Keith, por favor —le pedí a mi secretaria y asintió.

Keith quedó en viajar la próxima semana para estudiar el terreno, por lo que le pedí a la Srta. Wilson que me hiciera una idea breve de cómo quería el edificio. Dibujar es todo para mí, es una forma efectiva de olvidarme del mundo y de todo lo malo que debo afrontar día tras día. Es por eso que nunca me ha gustado hacerme cargo del papeleo, es tan aburrido y asfixiante.

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