FINAL

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Ante sus palabras mi mente quedó en blanco, no supe qué decir y tampoco pude moverme un solo centímetro de mi lugar.

—Yo... Bendito, no sé qué decirte —solté una gran bocanada de aire—. No esperaba que me dijeras algo como eso en un momento tan sensible como este.

Soltó una risita, llevando varios mechones de mi cabello por detrás de mi hombro. El tiempo se detuvo para mí luego de que me dijera semejantes palabras, por lo que no me había percatado de que seguíamos unidos.

—No lo dije adrede, solo salió sin más —sonrió—. Por supuesto que quisiera casarme contigo y formar la familia que ya somos. Estar a tu lado de por vida es lo que más anhelo, pero también sé que debemos ir a paso lento.

Lo miré por largos segundos, trayendo a mi mente todo lo bonito que seriamos si fuésemos la familia que tanto queremos. Nuestro hijo viene en camino y nosotros nos amamos completamente, así que, ¿por qué no unirnos en vida y hasta la muerte? No hay nadie que impida amarnos profundamente para siempre.

—Fueron palabras que me salieron por la emoción del momento, así que no me pongas atención, mi amor —dejó un suave beso en mis labios, antes de salir de mi interior, provocándome un ligero escalofrío por todo mi cuerpo—. ¿Cómo te sientes? Me dejé nublar por el deseo y el placer y no medí mi fuerza. ¿No te hice daño?

—Sí quiero casarme contigo —respondí, ahora dejándolo patidifuso a él—. No tengo nada que meditar ni esperar, porque en mi corazón y en mi mente existe el mismo deseo; y es estar a tu lado para siempre.

—¿Me hablas en serio?

—¿Tu proposición fue en serio o solo por la emoción del momento? —rebatí y sonrió.

—Por supuesto que va en serio, mi reina hermosa —tomó mi cabello en su mano y viró mi rostro hacia él—. Por mí te haría mi esposa en este mismo instante, pero ahora mismo la emoción me dicta que te siga amando —robó mis labios en un beso vehemente, encendiendo una vez más la llama de mi pasión.

***

Cuando más deseamos que el tiempo pase lento, más rápido avanza. Un mes corrió con suma velocidad, pero feliz de haber pasado tantos días junto al hombre más maravilloso que pueda existir. Si antes estaba enamorada de Gabriel, ahora el sentimiento es mucho más fuerte y vehemente, porque él mismo se encargó de cautivar mi corazón cada vez más con el paso de los días.

No hemos hablado de matrimonio, aunque la propuesta quedó sentada. Por ahora nos vamos a enfocar en mi embarazo y en tener todos los cuidados que necesito para que mi bebé nazca sano y salvo.

Más feliz y enamorada de la vida no puedo estar. A mi lado tengo a un buen hombre, que me ama inmensamente y sin reserva alguna. En mi vientre está mi hijo, un milagro divino que superó la palabra de los médicos y es la prueba más hermosa de que Dios existe y es tan grande como el mismísimo cielo. Tengo todas las capacidades para salir adelante y no dejarme amilanar por nada, ni siquiera por mí misma. Y día a día mi familia va de mi mano, siendo testigos de lo feliz que soy y de todas las bendiciones que sigo recibiendo del cielo.

Una vez llegamos a Búfalo, Gabriel retomó su trabajo en la constructora y yo me dediqué a realizar los diseños que tenía pendientes desde casa. Ni mamá ni Gabriel me permitieron ir a la empresa, aún sabiendo que trabajaría más cerca de él.

Melanie y Keith me invitaron a la casa del faro este fin de semana, todo con el fin de hablar sobre el diseño de la escuela de música que Mel tiene planeada montar. Me siento feliz y agradecida con ellos, porque han hecho un bien en mi vida. Desde que conocí a Gabriel, todo ha ido de maravilla. La única persona que puso trabas en mi camino fui yo misma, dejándome gobernar por el miedo y la inseguridad. Ahora me siento invencible, que todo lo puedo lograr y enfrentar sin temor de nada ni nadie.

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