— ¿Así que lo perdió? — preguntó la omega, mientras bebía de su limonada.
Hoseok asintió, sin tener muchas ganas de explicarle todo el tema por el cual habían pasado dos meses atrás.
— Pensé que ya te habías desentendido de nosotros. — continuó la joven, sin darle mucha importancia al asunto del aborto, pues realmente no le interesaba lo que había ocurrido con la familia de Hoseok. — Llamé incluso a tu oficina y tu nuevo secretario me dijo que te habías tomado unas vacaciones indefinidas y que obviamente habías apagado tu celular y redirigido todas tus llamadas laborales con NamJoon.
— Nunca haría eso. — se apresuró en decir Hoseok apenas terminó la chica.
— Eso parecía. — contestó mordaz la omega, sabiendo que realmente Hoseok no era de esos tipos.
— Por algo estoy aquí, ¿no crees?— contestó de vuelta el alfa, sabiendo que lo que más odiaba en el mundo la omega era que le contestaran de aquella forma.
Jennie solo giró los ojos y finalmente suspiro, acariciando su vientre, ya prominente, mientras pensaba en como decirle a Hoseok que ya estaba cansada de todo eso, aunque a decir verdad, el alfa de seguro ya estaba al tanto de su cansancio y molestia.
— ¿Cuántos meses tienes? — preguntó de repente el pelinegro, viendo a la omega sonreír de lado y con sus dedos indicar tres. — ¿Puedo tocarlo? — Jennie asintió, dejando que el alfa hiciera con su vientre lo que quisiera. Ella estaba feliz, realmente lo estaba, pues cuando creía que Hoseok era un patán malnacido por irse a quien sabe dónde sin decir absolutamente nada, este se apareció en la puerta de su apartamento con una gran sonrisa, un ramo de rosas y el almuerzo de aquel día.
El alfa acarició el vientre como si se tratara de la cosa más delicada del mundo y sin querer comenzó a llorar, mientras recordaba que en un momento de aquellas "vacaciones", Taehyung y él dejaron ir a sus pequeños y juraron que por el momento no tendrían más bebés, solo a Hani, la única pequeña de sus corazones. El alfa lo estaba traicionando, pues ahora tenía otro pequeño en camino y claramente no era con su amado esposo.
Aquellas vacaciones parecieron más una segunda luna de miel con Hani incluida, pues se habían ido a Hawaii por segunda vez, no solo para librarse del monótono día a día que vivían, sino también para sanar y salir de ese vacío que les había dejado sus pequeños. Todo fue maravilloso, Taehyung y él habían reconectado y nuevamente eran tan felices como aquella pareja de recién casados, incluso Hoseok pudo olvidarse por un momento que tenía a Jennie y otro hijo en camino, lo cual fue una realidad meses después, cuando aterrizó en Corea y revisó el teléfono celular que tenía escondido en su auto. Jennie lo había estado llamando y mandando mensajes en todo momento, advirtiendo que iría donde su familia si no le llegaba a contestar. Felizmente la chica no lo hizo y Hoseok no dudó en ir tras ellas al día siguiente para ver cómo se encontraban.
La chica acarició los cabellos de su alfa, mientras este lloraba en su regazo, abrazado a su vientre. Jennie realmente no sentía empatía por Taehyung, no le interesaba lo que llegara a pasar con ese omega, pero sí que sentía amor y tristeza por su alfa, jamás creyó verlo tan vulnerable, pero ahí estaba y lo mejor de todo es que estaba con ella, no con él.
Cuando Hoseok se tranquilizó y levantó, le regaló un beso a la omega, prometiéndole que todo estaría bien y que trataría de divorciarse de su esposo, porque para él no había nada más importante que sus hijos y claramente el de Jennie tenía que estar a su lado, junto a Hani. En esa ecuación no estaba Taehyung
Pasaron toda la tarde dentro de ese departamento, viendo películas, riendo juntos, tomándose fotos, tomando fotos a la barriga de Jennie y escogiendo la mejor para que así la omega revelara en sus redes que iba a ser mamá. Estaban emocionados y por un momento creyeron que solo eran ellos dentro de esa burbuja, sin esposos, sin hijos y sin problemas que conllevaran ir a un juicio, en caso de Hoseok. Todo iba bien, hasta que anocheció y el alfa recibió un mensaje de su omega, que le indicaba que ya estaba lista la cena y que iba a esperarlo para que la familia esté unida y así pudiera pasar tiempo con Hani. Hoseok no supo qué responder, pues claramente ya había cenado junto a su otra omega y estaba más que claro que no pensaba comer de nuevo, mucho menos tenía ganas de lidiar con su esposo aquel día, no después de haber pasado un día estupendo junto a la que creía era el amor de su vida.
— No te vayas... — susurró la mujer, aferrándose a su alfa. Hoseok lo pensó un poco, mirando como la chica estaba a punto de llorar. Realmente no quería irse.
— Jennie, sabes que realmente no deseo irme, pe-
— Entonces no lo hagas, por favor. — volvió a suplicar la mujer
— Por favor, cariño, prometo volver, enserio...
— No, por favor. — y antes que el alfa pudiera negarse nuevamente, la chica se acercó y lo besó, con dobles intenciones, pues aquel beso no era para nada tierno ni casto.
Todo empezó con un beso rápido, luego estuvieron presente las lenguas y finalmente las caricias, los toques de piel, la ropa cayendo y cuando menos se lo imagino, Hoseok estaba dentro de ella, ambos entregándose a la pasión y haciendo el amor, como solían llamarlo.
Aquella noche el alfa no llegó a su casa y tampoco le contestó las llamadas o los mensajes a su omega, quién estaba más que temeroso de que algo le haya sucedido a su esposo, incluso llamó a NamJoon y a su oficina, pero no obtuvo la respuesta que quiso, pues uno le dijo que seguía en la oficina y el secretario le dijo que Hoseok estaba encerrado en su despacho y que pidió que no lo molestaran.
— ¿Que habrá pasado? — susurró para sí mismo, con el teléfono en mano, mientras miraba a través del gran ventanal de su habitación, esperando que su esposo le conteste, pero jamás lo hizo, no en ese momento y tampoco al día siguiente, mucho menos durante odo el día.
Taehyung estaba desesperado, estaba a punto de llamar a la policía, cuando Hoseok llegó para la cena. El alfa estaba ebrio, totalmente ebrio y con una sonrisa pintada en el rostro, aunque por sus ojos hinchados se veía que había estado llorando.
El omega no dudó en ayudar a su esposo a llegar a la alcoba y acostarlo mientras esté comenzaba a llorar de nuevo, diciendo que la muerte de los gemelos fue su culpa, que él jamás creyó que todo el karma les haría daño a ellos, a ellos nos. Taehyung no entendía nada de lo que decía su pareja, pero lo dejó dormir y se acostó a su lado, no sin antes asegurarse que la pequeña Hani seguía durmiendo.
Pasada la media noche el pelicastaño sintió un peso encima, creyó que era su imaginación y continuó durmiendo, hasta que algo comenzó a doler en su parte baja, el trauma que le dejo la pérdida de sus bebés lo despertó y aunque nunca había ocurrido lo que tenía delante de sus ojos no tardó en acostumbrarse y dejarse llevar por el ritmo de su esposo. Hoseok estaba acariciándolo y dejándole besos por toda la extensión de su miembro, para luego engullirlo en su totalidad, viendo como su esposo suspiraba de placer.
Aquella noche Taehyung y Hoseok se hicieron uno después de mucho tiempo. Solo se entregaron al placer sin importarle las consecuencias, aunque no hubiera ninguna pues estaban casados y lo peor que había sucedido en su matrimonio tuvo lugar hace dos meses cuando sus bebés murieron sin conocerlos.
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Bullet to the heart ➳ HopeV
FanfictionHoseok es un alfa que había tenido una vida difícil, sí, definitivamente podía catalogarla de difícil cada vez que pensaba en su matrimonio, su trabajo, su juventud, su pasado e incluso su futuro. Taehyung, en cambio, creía que su familia era lo má...