➷ décimo primer capítulo

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La noche al lado de Hoseok fue igual de difícil y larga que el día anterior, en realidad todo estaba siendo tan difícil, a su parecer, y aunque había jurado que iba a ser fuerte por el bien de Hani, no podía, no cuando tenía al alfa bien abrazado a él y con la respiración tranquila, tan tranquilo como él no lo estaba desde el momento en el que lo vio con otra omega.

Un suspiro hondo salió de sus labios y finalmente decidió alejarse con mucha lentitud de los brazos de su alfa, pudiendo respirar bien (o así lo sentía él) una vez lejos. Aunque sonara muy estúpido, para él, nuevamente estaba recreando la escena que había visto y pensando en todo lo que ocurriría de ahora en adelante, incluso contestando todas las preguntas que a su cabeza atormentaban. No tenía ni la mayor idea de qué hubiera empujado a su esposo a crear otra familia, tener otra casa y otros hijos, pues se consideraba un buen esposo y padre para Hani, sabía que no era perfecto, pero se esmeraba por siempre serlo con Hoseok y con su hija... aunque ahora obviamente la situación era distinta o parecía serlo dentro de su cabeza, que no dejaba de repetirle que quizás falló en algo para que todo eso sucediera.

— Quizás sí falle. — afirmó más para sí mismo, mientras miraba el techo de la habitación sin tener sueño por segunda vez.

Taehyung no pegó el ojo aquella noche, mucho menos los días siguientes, días en los cuales Hoseok se levantaba muy temprano y no llegaba hasta altas horas de la noche, lo cual facilitó mucho las cosas para el omega, aunque en lo más profundo de su ser supiera la razón de todas esas "horas de trabajo".

Los primeros días fueron los más terrible para el omega, los ataques de ansiedad eran cada vez más frecuentes durante el día y la depresión en la que se estaba sumergiendo le obligaba a cada vez salir menos, a excepción de los dos únicos viajes que hizo para ir y regresar del supermercado. Hani era feliz en la habitación de juguetes que le había hecho Hoseok exclusivamente para ella apenas se enteró de que la niña venía en camino, por lo que Taehyung no tenía problema en que su hija deseara salir o ir a algún parque de juegos para niños.

El omega cada vez se sentía menos dichoso, evitaba a toda costa hablar con Hoseok y en un punto llegó a deducir que aquello le parecía más favorable a su esposo que a él mismo, pues este no se esmeraba nada más que en despedirse y desearle buenas noches cuando llegaba. Cada vez más se convencía de que quizás las cosas con el alfa, que alguna vez consideró su todo, ya no tenían reparo y muy probablemente todo aquello se desencadenó ya tiempo atrás y no ahora, como en algún punto llegó a pensar, cuando creyó por unos segundos que las cosas podían solucionarse si tan solo hablaba con Hoseok y pedía alguna explicación. ¡Patrañas! Eso solo había pasado por su mente unos segundos para que se diera cuenta que era una mala idea, que ya no había confianza y que nunca lo habría.

No había solución.

La navidad llegó muy rápido para el gusto de Taehyung, quien no tenía ganas de celebrar desde aquel día, ni siquiera había enviado las tarjetas navideñas que preparó para esa fecha, las fotos que se le enviaron seguían guardadas en el cajón de la mesa de noche de su habitación.

— ¡Cariño, sonríe! — lo animó su madre, quien había llegado junto a sus hermanos y su padres hace unos minutos. Habían quedado en celebrar la navidad en su casa aquel año, por lo que dentro de poco no solo tendría a su familia, sino también a la de Hoseok encima de él y dentro de su casa. — ¡Hoy es navidad! ¡Tienes que estar alegre! — continuaba su madre y Taehyung no podía tenerle mayor envidia, pues quién rayos no estaría feliz si tenía su tercera copa de vino en mano. En esos precios momentos, donde más necesitaba embriagarse para olvidar todo el dolor era donde odiaba estar embarazado.

— Lo sé, mamá, pero tengo que terminar la cena. — susurró el omega, mientras iba cortando las verduras para la ensalada que tanto le gustaba a su suegra. Se había encargado de preparar un platillo en especial que le gustara a cada uno de sus invitados, para que así estos se sintieran bienvenidos, tanto había sido su afán porque todo saliera perfecto (como si aquello fuera solucionar su situación sentimental y darle la poca paz mental de la cual carecía) que se había olvidado de cambiarse o si quiera de bañarse aquel día. Hani estaba con un hermoso vestido rojo, muy parecido al de una princesa, en los brazos de Hoseok, quien también se encontraba de traje, cargando a su pequeña y exhibiéndola delante de sus suegros y cuñados, quienes se encontraban muy felices con la niña. Taehyung solo lo miraba desde lejos con algo parecido a odio y tristeza, pues había arruinado una fecha importante para él... Una fecha en la cual pensaba darle la noticia de su segundo embarazo.

— ¡Ay, pero qué amargado te has vuelto! — intervino su hermano mayor, MinHo, quien entro a la cocina solo para servirse una copa de vino, igual que su madre.

Taehyung solo rodó los ojos e ignoró al alfa tonto que tenía por hermano, pues sabía que no estaba de humor como para aguantar los chistes de doble sentido del cabeza hueca.

— Hoseok se ve muy feliz. — continuó hablando el alfa, mientras le daba otra sorbo a su copa de vino.

— ¡Sí, al igual que mi hermosa nieta! — gritó su madre, quién se alejó con su copa en mano en dirección a la pequeña Hani, quien seguía en brazos de Hoseok, pero esta vez un poco aburrida.

— Por fin... — susurró el omega, continuando con su labor en la cocina, revisando la carne que se encontraba en el horno y verificando que no se quemase.

— ¿Qué sucede, Taehyung? — pregunto de repente su hermano. Solo en ese momento Tae se dio cuenta que no se había librado completamente del todo, pues Minho, a diferencia de su madre, solía ser más observador.

— Nada. — se apresuró a contestar.

— No soy tonto. — insistió MinHo, dándole otro sorbo a su bebida.

Taehyung suspiro y aunque quiso echarse a llorar y abrazar a su hermano, como tanto lo había pedido en todas esas dos semanas, prefirió morderse la lengua y respirar varias veces antes de que alguno de sus ataques regresara, pues aunque había sido difícil, estaba tratando de controlarlos o mejor dicho... evitarlos.

— MinHo, quiero terminar la cena, ¿Esta bien? — pidió más serio, casi sonando enojado. — dentro de un momento llegará la familia de mi esposo y necesito tener todo listo.

Minho suspiro y asintió, saliendo de la cocina en dirección a su sobrina y cuñado. Él sabía que algo había ocurrido, especialmente porque había visto como su hermano evadia a Hoseok en todo momento, incluso solía contestarle con monosílabos o simplemente no hacerlo.

La cena salió a la hora en la que Taehyung lo tenía previsto y solo cuando comenzó a servir fue que se percató que había olvídalo alistarse y cambiarse con ese precioso traje beige que había comprado especialmente para esa noche. Sin embargo el omega tampoco tuvo ganas de siquiera hacerlo, por lo que trató de ignorar las miradas de "sutileza" que le dedicaba su madre, quien más parecía decirle a gritos internos que vaya a cambiarse. No lo hizo.

Una vez que la cena inició, Hoseok no tardó ni un minuto antes de empezar a hablar sobre temas de trabajo junto a su padre y su suegro, ambos tan inmersos en lo suyo que no se percataban de que Taehyung solo jugaba con la comida en vez de llevarla a su boca. Parecía que le quería hacer competencia a su hija, quien para ese momento tenía la carita manchada y una gran sonrisa en el rostro, JiWoo la atendía por lo que el omega no se preocupó en levantarse de la mesa con el plato todavía intacto y dirigirse de nuevo a la cocina para dejarlo en el lavabo y apoyarse en este, comenzando a llorar en silencio, pues estaba a nada de tener otro ataque. Trató de respirar una, dos, hasta tres veces, pero no fue lo suficiente por lo que lavó su cara y salió de la cocina, dirigiéndose de frente a la segunda planta, bajo la mirada atenta de su madre y su suegra, pues los demás presentes (hombres) estaban más interesados en un tema laboral que en el omega.

Al llegar a su habitación se encerró en el baño, comenzando a llorar con más tranquilidad y sin ninguna sospecha o eso quería creer, pues sabía que en cualquier momento su madre o su suegra se acercaría para preguntarle qué había ocurrido. Sin embargo eso no sucedió y Taehyung lo agradeció tanto, pues el único momento en el que decidió salí fue cuando faltaba menos de media hora para la medianoche. El omega solo bajó a la primera planta para cargar a su hija y aferrarse a ella, sin importar quien lo estuviera mirando, porque para él, en ese preciso momento no existía nadie más que su hija.

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Otro capítulo de regalo.♡

Nos vemos

Bullet to the heart ➳ HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora