➷ sexagésimo cuarto capítulo

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Y muy a pesar de su negativa ante la idea, Taehyung se vio envuelto en una propuesta de matrimonio no mas allá de dos meses después de que Seokjin le entregó el ramo, dándole la total razón de que todo lo que había dicho iba suceder. El pelicastaño no supo cómo reaccionar al ver a Minjae arrodillado delante de él y ofreciéndole no solo un anillo con un diamante mucho más grande del que tuvo anteriormente en su dedo anular, sino también su corazón, ese corazón sincero que no hacía nada mas que amarlo y venerarlo desde que lo conoció muchos años atrás.

— Te prometo que seré un buen esposo, tanto así que no tendrás que volver a visitar un juzgado familiar por ningún sentido.— el brillo en los ojos de Minjae reflejaba la verdad en sus palabras, al igual que la ilusión que tenía de recibir el tan anhelado .

Taehyung aún recuerda esa noche, de la cual no había transcurrido más allá de dos semanas, absolutamente todo, el restaurante, las personas que comenzaron a hablar a su alrededor al ser partícipes de una propuesta de matrimonio y también algunos otros que preferían darle privacidad, aunque eso sonara muy ilógico. No supo qué hacer en ese momento y tampoco supo cómo reaccionar, por lo que dejó esperando a Minjae por un largo rato, a su parecer, por una respuesta que llegó a sorprenderle no solo a él, también al alfa, quien no dudó ningún segundo en sacar el anillo de compromiso de la caja de terciopelo y colocarlo en su dedo anular, seguido de eso darle un beso, que vinieron seguidos por unos aplausos; realmente parecía una propuesta de ensueño, de aquellas que solo suceden en las películas, y es que así comenzó a sentirse a partir de ese día: como en una tonta película romántica.

— Nuevamente más flores. — fue la ya tan reconocida voz de JongIn al presentarse delante de él, con una canasta de flores y chocolates que obviamente Minjae había mandado para su prometido. — A este paso creo que mi hermano se quedara pobre antes de la boda. — se burló su jefe y futuro cuñado, dejando la canasta en su escritorio y posteriormente sentándose en esta, importándole muy poco el qué dirán de él, pues a decir verdad era el jefe y no tenían que decir absolutamente nada. — Pensé que tu relación con mi hermano no iría mas allá de unos cuantos revolcones y salidas familiares, pero...

— Detente ahí, JongIn. — Le advirtió Taehyung, sabiendo por donde iba la cosa, pues no era un secreto para nadie, menos él, que no le caía del todo bien a su jefe y no precisamente por su trabajo, el cual siempre fue impecable, sino por la relación que mantenía con su hermano. — Sé lo que estas tratando de decir y no me esta gustando para nada, menos si piensas decir algo sobre mi familia.

JongIn sonrió, casi solto una risa sin gracia, desviando la mirada hacia una de las puertas de la sala de reuniones, la cual se abría para dejar salir a un grupo de abogados que al parecer habían tenido una conferencia, lo particular de aquello es que de ahí mismo salía Hoseok, el alfa venia sonriendo victorioso, como si hubiera ganado el caso que iban a presentar.

— ¿Te refieres a esa familia que tienes con Hoseok? — preguntó sin escrúpulos, pues el alfa creía firmemente que aquella relación nunca iba a terminar y no precisamente porque ellos se amaran o algo parecido, sino por los niños; tenían dos niños juntos, que claramente siempre iban a ser prioridad de ambos y por la cual estarían condenados a verse de por vida, aunque eso significara tener que compartir todos los momentos más importantes de sus vidas. Taehyung iba a responder, pero JongIn fue mucho mas rápido, dedicándole nuevamente una mirada. — Entiendo que estén separados, pero considero que mi hermano no merece eso, él tiene que conseguir una familia propia y aunque adore a tus hijos como suyos, eso no le quita el derecho de ser padre de niños propios.

Taehyung podía respetar mucho a su jefe y quizás agradecerle eternamente el haberle dado trabajo, a pesar de muchos de los problemas que había tenido con Hoseok; sin embargo no iba a permitir que le hablaran de esa forma tan despota, por lo cual sin pensarlo mucho se colocó de pie, tomando sus pertenencias o en este caso, lo primero que tenía a la mano, que eran las llaves de su auto, su bolso y su computadora portátil, esperando llegar muy lejos e ignorando los comentarios de su jefe, los cuales muy poco entendía, pues su cabeza estaba en otro lado o quizás su cuerpo también lo estaba, ya que antes de procesarlo realmente todo se volvió negro.

Bullet to the heart ➳ HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora