➷ décimo octavo capítulo

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La señora Kim entró al departamento mirando hacia todos lados, encontrándose solamente con algunos recuadros en los cuales se veía claramente a su yerno abrazando o besando a la chica que ahora mismo iba detrás de ella. Le dio asco el solo hecho de encontrarse en ese lugar, sin embargo después de averiguar mucho y recibir toda la información del detective privado que contrataron hace dos meses, supo que la mayor parte del dinero que su esposo invertía en la firma de Hoseok iba destinado no solo a Taehyung y su nieta, también a aquella mujer, quiso reír cuando se enteró de esto, pero su esposo no, pues claramente era dinero suyo, dinero que habían utilizado con el propósito de darle un mejor futuro a su hijo omega y a su nieta no a aquella mujerzuela.

— ¿Qué es lo que desea, señora? — preguntó de frente la chica, una vez que estuvieron dentro de la sala de estar.

La señora Kim bufó y mirando nuevamente de pies a cabeza a la chica, dejando toda su atención en el prominente vientre, sonrió.

— ¿Así es como tratas a la visita? — se burló la señora Kim.

— Usted no es una visita grata, ni siquiera sé que está haciendo en mi casa.

Y realmente ahí sí tuvo que soltar una carcajada. La madre de Taehyung había conocido a muchas sinvergüenzas a lo largo de toda su vida, incluso había tenido que lidiar directamente con ellas cuando su esposo era un alfa inmaduro, pero jamás llegó a ver tanta falta de respeto y dignidad en una sola persona.

— ¿Tu casa? — dijo mordazmente, dejando de lado la burla, y mirando con seriedad a la pequeña e ingenua chica que tenía delante suyo. — ¿Realmente crees que porque Hoseok te dio un anillo barato y un departamento ya eres una señora?

Jennie frunció su ceño, comenzando a acariciar su vientre, pues las patadas de su hija eran cada vez más fuertes desde que aquella mujer ingresó a su hogar.

— Mire, señora, yo-

— ¿Tú qué? — y sin dudarlo la mujer mayor se acercó rápidamente a la joven, provocando un sonido sordo en el suelo por sus tacones. — ¡Óyeme bien, niña! — gritó, importándole muy poco que se tratara de una embarazada. La señora Kim ya no estaba para tratar con suavidad a absolutamente nadie. — Tú no tienes ningún maldito derecho a comparación de mi hijo. Mi Taehyung tiene la clase de una ama de casa dedicado completamente a su hogar, un matrimonio solido y una hija nacida dentro de este. No creo que le llegues siquiera a los talones a mi pequeño, realmente dudo que una mujer como tú, de tu clase en realidad, llegue alguna vez a ser una señora o esposa de alguien admirable.

— Señora, no le voy a permitir qu-

— ¡La que no va a permitir nada soy yo! — y el grito se hizo escuchar por todo el departamento. — ¡No he terminado de hablar, niña, así que escucha a tus mayores y quédate en silencio!

Jennie tuvo tanta ganas de sacar a empujones a esa mujer de su casa, pero en su estado no podía hacerlo y mucho menos podía faltarle el respeto a una persona mayor, menos si se trataba de la mamá de Taehyung, un omega al que sí le había hecho demasiado daño.

— Kim Jennie, veintitrés años, de padres humildes y de un pueblo paupérrimo que se encuentra tan alejado que muy pocas veces llegan las noticias ahí. — continuó la señora Kim, mencionando todo lo que había memorizado de la hoja de vida que se le había entregado sobre aquella mujer. — Sin embargo no creo que esté tan alejado como para que le llegue una notificación a tus padres sobre la clase de hija que tienen.

Solo en ese momento Jennie sintió algo parecido a arrepintimiento, pues sus padres no estaban al tanto de lo desalmada que pudo ser al meterse con un hombre de familia y destruir esta en el proceso.

— No te asustes, querida, aún no he movido mis cartas y dudo que lo haga por el momento. En realidad no es a mí a quien me corresponde hacerlo.

Jennie tragó grueso y bajó la mirada, sabiendo que se refería a TaeHyung.

— Mira, seamos sinceras, una con la otra, yo soy madre y aunque quisiera ahora mismo hacerte muchas cosas, respeto y sé que llevas un niño en tu vientre, por lo que tengo cuidado, mucho cuidado con todo lo que te estoy diciendo y lo que-

— No me importa, señora. — se atrevió a hablar la joven omega, levantando la mirada y llenándose del poco valor que tenía. — Hoseok y yo nos amamos, vamos a tener a nuestra bebé y seremos felices. Las cosas no se dieron como quisimos, eso lo sé, pero su hijo está bastante grande como para lidiar con sus propios problemas y creo que usted no debería de es-

— ¡No me hables de esa manera, maldita descarada! — y antes de siquiera procesarlo la mujer mayor ya se veía dándole una bofetada a la joven. Jennie se quedó en silencio, con la mejilla ardiendo por el golpe. — No te atrevas a hablar de esa manera de mi hijo o su familia. No tienes ningún derecho y créeme que no lo tendrás nunca, porque mujeres como tú abundan en este mundo, pero omegas como mi hijo hay pocos y ten por seguro que él si es de clase, no va a rebajarse a siquiera dirigirte la mirada.

La señora Kim no esperó más y sujetando bien su cartera pasó al lado de la joven, golpeando su hombro en el proceso. Estaba a punto de salir de aquel lugar, sino fuera por la pregunta de la chica.

— ¿Entonces para qué vino?

La mujer tomo un respiro hondo y finalmente dio media vuelta, viendo como la jovencita lloraba, aún con la mejilla roja y una mano sobre esa zona.

— Solo vine a darte buenas noticias. El divorcio de Hoseok procederá, yo me encargaré de que así sea, por lo que no tendrás que esperar mucho más para tenerlo durmiendo a tu lado. Sin embargo, te aclaro que antes de que mi hijo se casara con ese hombre, su firma estaba a nada de llegar a bancarrota, fue Taehyung quien al casarse con él decidió colocar todo en bienes comunes y entonces decidimos apoyar a Hoseok y hacerlo el hombre que es ahora. Mi esposo invierte mucho dinero en su firma cada año, solo para que mi hijo y mi nieta tengan la vida que siempre le dimos. — poco a poco la señora Kim se iba acercando y cuando por fin estuvo delante de la joven omega, golpeó el pecho de esta con su dedo índice. — pero tú no estás en esa ecuación, así que apenas salgan los papeles despídete de esta casa y de todo lo que alguna vez viviste con Hoseok, porque no pensamos invertir más dinero en ese maldito lugar y mucho menos en ese desgraciado. Y para que veas que soy una buena mujer, te voy a dar un consejo.

— No necesito nada de u-

— Un hombre mentiroso lo será siempre, no importa cuánto diga amarte, si lo conociste siendo tú la amante ten por seguro que al convertirte la esposa tu puesto estará libre, así que no dudará en buscarte un reemplazo y antes de que me digas que él es feliz a tu lado, te puedo asegurar que mientras estaba contigo seguía siendo feliz al lado de mi hijo, tanto así que Taehyung apenas va a cumplir cuatro meses de embarazo.

Jennie pudo haber aguantado muchas cosas, pues sabía que todo lo que había dicho esa señora era mentira. Sin embargo el saber que Taehyung estaba en espera nuevamente solo confirmaba muchas lo que tanto temía... Hoseok seguía acostándose con TaeHyung, a pesar de que le había jurado que no era así, que incluso dormían en camas separadas, y probablemente muchas de sus otras inseguridades también eran ciertas.

La señora Kim miró atentamente a la jovencita y sonrió al saber que logró su cometido, por lo que sin dudarlo dio media vuelta, no sin antes darle un último consejo, que más parecía una advertencia.

— Te recomiendo no decirle absolutamente nada de este embarazo a Hoseok, claro, si realmente deseas que aquel divorcio se concrete. — y sin esperar más salió de aquel lugar, importándole muy poco que Jennie estuviera sintiéndose mal y en ese preciso momento estuviera sintiendo mucho dolor en el bajo vientre.

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Se viene lo mejor, beibis.

Ahora sí, nos vemos mañana.

Bullet to the heart ➳ HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora