Bullet to the heart ➳ HopeV

➷ octavo capítulo

Hoseok se había levantado esa mañana con muchas ganas de arreglar las cosas con Jennie, le había dejado de hablar por casi una semana, a pesar de que esta le había mandando muchos mensajes de texto, disculpándose al inicio y finalmente maldiciéndolo por dejarla sola. El alfa sabía que se había comportado como un total idiota, pero también sabía que la omega había tocado un punto frágil y débil de su vida.

Aquella mañana se cambió lo más rápido posible y salió de la habitación que compartía con Taehyung, no sin antes darle un beso fugaz en la frente, pues el omega seguía durmiendo o eso pensaba el alfa.

— Nos vemos por la noche, cariño. — susurró el alfa, despidiéndose de su hija, a quien había estado admirando por un momento antes de acercarse por completo y darle un beso en la cabeza. La niña no se removió, pues para ese momento parecía seguir en un sueño profundo y Hoseok lo agradecía, pues si la pequeña se levantaba estaba seguro que mandaría a la mierda todos los planes de aquel día y se quedaría a su lado.

— Pensé que desayunarías con nosotros. — se apresuró a decir Taehyung al ver a su esposo bajar las escaleras con apuro.

Hoseok se sorprendió un poco, pues creyó haber dejado a su esposo durmiendo, mas este se encontraba con los cabellos desordenados, algo adormilado, pero de pie frente a las escaleras.

— Lo siento, mi amor... — se apresuró en decir. — pero tengo una junta importante y tengo que prepararme para verme con el nuevo cliente que me contrató hace unos días.

Taehyung hizo un puchero y asintió, un poco desganado, pues esperaba realmente empezar el día junto a su esposo, aunque este lo haya despertado minutos antes.

— Está bien... — se rindió. — que tengas buen día, cariño. — dijo el omega, esperando si quiera que el alfa se acercara para darle un beso de despedida, sin embargo este salió lo más rápido posible de la casa. Taehyung no le tomó mucha importancia a ese pequeño detalle, pues creía firmemente que su esposo realmente estaba apresurado.

Hoseok subió a su auto y sin dudarlo emprendió marcha hacia la casa de Jennie; como le había prometido, había comprando un nuevo departamento para ella y la bebé, y pensaba darle las llaves aquel día, como una ofrenda de paz. El pelinegro manejó a toda velocidad hasta llegar a su destino y cuando estuvo ahí no dudó en bajar de su auto una vez que estuvo dentro del estacionamiento del edificio y subir al ascensor. Se moría por ver a Jennie y también a su bebé. Las había extrañado mucho.

Jennie lo recibió con un beso, un beso lleno de pasión que quizás pudo haber culminado en ambos teniendo relaciones, pero no fue así ese día, pues el alfa estaba seguro de que tenía que proteger a la omega y su embarazo. No quería volver a pasar por lo mismo que sucedió con Taehyung, pero esta vez con alguien igual o incluso más importante.

— Pensé que no regresarías. — se apresuró en decir la omega, aferrándose a su pareja, como si este fuera a esfumarse en cualquier momento.

— Lo siento, mi amor. — se disculpó el alfa, dejando besos fugaces en la cabeza de la omega y rodeándola con sus fuertes brazos.

— Yo también, cariño, no quise tocar una fibra sensible en ti, menos hablar de un tema tan delicado, yo realmente no quería hacerte sentir mal con el tema de los gemelos.

Hoseok sonrió apenas, dando más besos en la cabeza de la mujer, lo cual significaba que todo estaba solucionado.

— Tengo una sorpresa para ti, mi amor. — dijo más que feliz el alfa, alejándose de Jennie y sacando de su bolsillo unas llaves. No quería dar vueltas al asunto por lo que le entregó las llaves, asegurándole que ya todo el papeleo estaba listo y el departamento estaba a nombre de ella. — Todo está listo para la bebé, tú solo lleva todo lo que tengas ahí y no te preocupes por nada más que eso.

Jennie sonrió, recibiendo entre sus manos las llaves del nuevo departamento que su alfa le había prometido y ahora, cumplido. Sin embargo su sonrisa desapareció tan rápido como apareció, lo cual le pareció extraño a Hoseok, pues creía que la sospfeds le había gustado.

— ¿Qué sucede, cariño? — preguntó, preocupado de que algo estuviera mal con su omega.

— Nada, solo que... bueno, aún la bebé no tiene sus primeras prendas y yo... yo quería comprarlas contigo.

Hoseok rio, un poco más tranquilo con la situación, sabía que eso se podía solucionar en cualquier momento.

— Podríamos ir al centro comercial, recuerdo que las primeras prendas de Hani fueron de Gucci y estoy seguro de querer que esta bebé también vista a la moda. — rio al decir lo último, pues sin querer había mencionado lo mismo que en algún momento salió de los labios de su esposo, hace ya tres años, cuando recién estaban esperando a su primera hija.

La mujer sonrió más grande y sin decir nada se fue lo más rápido posible a su habitación. Hoseok supo de inmediato que aquel día sería de compras y aunque tenía mucho papeleo que realizar en la oficina, prefirió dejarlo a un lado para pasar su día junto a la mujer que quería. Sí, quería...

Cuando llegaron al centro comercial, Hoseok se apresuró a ayudar a la omega, quién traía puesto un largo vestido floreado, lo cual resaltaba mucho su prominente embarazo. El alfa estaba muy orgulloso, se le hinchaba el pecho de solo ver a la chica cargando a su bebé, ampliando su descendencia y haciéndolo feliz en el proceso. Por aquel pequeño momento el alfa podría jurar olvidarse de todo, de su familia, de su esposo y sobre todo, de su deber, ese deber y compromiso que ya tenía desde mucho antes de conocer a la omega que ahora sujetaba su brazo con mucho anhelo.

Caminaron por todo el centro comercial, observando principalemnte las tiendas para bebés, maravillándose con ese nuevo mundo, para Jennie, y un nuevo comienzo para Hoseok, pues nuevamente tendría que cambiar pañales, despertarse en la madrugada y poner en práctica todo lo que aprendió con Hani. Al llegar a su destino se adentraron como si de una pareja se tratara, ambos tomados de la mano, sonriendo entre sí y observando todas las prendas que querían llevarse. Fue en ese momento de distracción o quizás de encanto en el cual Hoseok se dejó llevar por la omega, olvidando todo lo que estaba a su alrededor, ignorando a todas las personas y sonriendo al coger muchos conjuntos que pensaba comprarle a su hija. Jennie sujetaba un mameluco, mientras Hoseok rodeaba su cintura con un brazo y se acercaba, la omega lo miró y se dieron un fugaz beso, dando a entender con ese simple acto que eran felices por ese corto momento.

Un momento que quizás le costaría muchas cosas al alfa.

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