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Un bebé no estaba en los planes de ningúno de los dos pero para JiMin deshacerse de la diminuta vida en su interior es algo que no quiere hacer. Aunque lamentablemente llego antes de lo planeado y ciertamente no estaba en la mejor situación por...
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La sala de su casa siempre había sido bastante espaciosa aunque se compensaba gradualmente con los enormes muebles que la decoraban sin embargo ahora que la miraba detenidamente después de sacar una que otra cosa podía notar con claridad lo vacía que se veía sin uno de sus sofás.
—Me llevaré el sofá gris... Y la manta.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Pues... Por haber hecho que pasara la noche en el hospital.
Literalmente esas habían sido las palabras de JiMin aquella noche que le pidió tener una supuesta conversación seria e importante, la bolita de sábanas sobre la cama había estado dispuesta a llevarse el sofá a como diera lugar y para ser sinceros YoonGi no tenía voluntad para negarle algo aún si eso implicaba dejar su casa vacía porque realmente ¿quien sería capaz de negarle algo a JiMin si hacía pucheritos?
Bueno, él no claramente y mucho menos su lobo que durante toda la conversación se la pasó con la pancita hacia arriba mientras ronroneaba repitiendo lo bonito que era el Omega.
Así que ahora estaba ahí al pie de las escaleras observando lo gigantesca que su sala se veía y lamentándose el haber dejado ir a JiMin, no habían pasado más de cuatro días y ya sentía que iba a enloquecer si no le veía pronto o escuchaba al menos la dulce voz.
El aroma de la ropa que tenía como su mayor tesoro comenzaba a desaparecer y eso lo ponía ansioso, apenas llegaba del trabajo lo primero que hacía era ir directo al cuarto que había ocupado el castaño y encerrarse en el armario junto a las sábanas de la cama porque únicamente así podía sentir el aroma dulzón de JiMin.
Su lobo chillaba llamando al castaño, ni siquiera cambiar a su forma animal y rodar por el pasto pudieron calmar la sensación de que algo faltaba.
"YoonGi quiero ver a mi Omega, oler a mi cachorro. Necesito saber que están bien."
—Están bien.
"Si no estamos cerca las cosas se pondrán feas."
—¿Por qué siento que me estas amenazando?
"Es una advertencia."
Tres días más y el aroma había desaparecido por completo de las prendas suaves que adormecian a YoonGi, la desesperación lo llevó a tomar medidas extremas para conservar el tenue aroma que aún flotaba dentro de su casa, cerró todas las posibles filtraciones de ventilación y salía por el garaje para evitar que el aire del exterior cargado con olores diferentes contaminara su casa.
Por supuesto la frustración de tener al Omega lejos lo volvió insoportable, tanto que acabo por discutir con HoSeok sobre algo tan ridículo como lo era el café con leche todo porque el sabor dulce del lácteo le recordó a JiMin.
