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Un bebé no estaba en los planes de ningúno de los dos pero para JiMin deshacerse de la diminuta vida en su interior es algo que no quiere hacer. Aunque lamentablemente llego antes de lo planeado y ciertamente no estaba en la mejor situación por...
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—Alfa...
Hacia exactamente dos meses que JiMin y Byul habían sido dados de alta en el hospital, la familia de ambos estuvo con ellos durante el primer mes y después cada uno había vuelto a sus respectivas responsabilidades.
YoonGi era quien se levantaba durante las noches para atender a su cachorro si era necesario un cambio de pañal o para llevarlo hasta la cama y que JiMin le diera de su leche hasta que volviese a dormir pues debido a la operación del parto, su Omega aún no podía realizar demasiados esfuerzos.
La situación era que justo como el médico les había comentado, las hormonas de JiMin estarían bastante alocadas durante los primeros tres o cuatro meses por causa de la ausencia de celo durante su embarazo. Había días en los que un par de besos eran suficientes para calmar al acalorado lobo de JiMin pero también había ocasiones en las que debía recurrir a los supresores porque se negaba a tocarlo más allá de caricias superficiales.
—Alfa ¿ya no me quieres?
Era de madrugada y Byul se encontraba durmiendo tranquilo en su cuna, sin embargo JiMin había despertado en medio de la noche para exigir las caricias de su pareja.
—Minnie claro que te quiero, es más te amo pero no es un buen momento ¿si?
—Es porque ahora tengo estrías ¿verdad? Ya no te gusta mi cuerpo.
—¿Qué rayos dices? Destino te amo con locura, tu cuerpo es una tentación andante, esas pequeñas marquitas solo me recuerdan que me has dado el mejor regalo del universo.
—¿Entonces por qué ya no me tocas?
—No quiero hacerte daño. Apenas te estas recuperando y si soy honesto no estoy seguro de poder controlarme si te pongo una mano encima para algo más que no sean mimos.
Los ojos de JiMin brillaban bajo la tenue luz que emitían la lámpara, su lobo en la superficie era quien clamaba por su Alfa aún si sabía que su cuerpo no estaba lo suficientemente listo para recibirlo.
YoonGi se inclino a besarlo, transmitiendole tranquilidad por medio de la marca temporal, sabía que no era lo mismo que una marca permanente pero ayudaba a su pequeño destino al menos lo suficiente para controlar al travieso Omega.
—Ven, te daré mimos en el vientre.
Sin esperar más, JiMin se acurrucó junto a su Alfa disfrutando de las suaves caricias en su piel, aunque por momentos se sentía inseguro por su cicatriz le tranquilizaba el corazón ver como YoonGi la admiraba con adoración y la acariciaba con tanta delicadeza.
Dos días más tarde con un Omega muchísimo más tranquilo, la pequeña familia se encontraba desayunando cuando el mayor recibió una llamada de su trabajo.
