A la mañana siguiente, se alistó para ir a la Universidad. Llegó a la cocina corriendo y abrió el refrigerador.
¿Qué encontró? Nada, absolutamente nada.
Su estómago rugió haciendo eco por la casa vacía y cerró la puerta de la nevera cuadrada. Su rostro mostraba una total decepción.
¿Cuándo fue la última vez que realizó las compras?
Hace mucho. Quizás... ¿15 días?
Suspiró impotente. Aún no era fin de mes, por lo que no tenía dinero y si era sincero, el efectivo iría completamente al pago de la universidad y del apartamento.
Suspiró.
Por eso, amaba el día 15, porque no debía pagar nada, solamente sus alimentos y útiles que eran solicitados por sus maestros.
¿Debería esperar hasta la siguiente quincena para comprar comida?
Digo, voy a tener que hacerlo, pero no creo llegar con vida. Soy un Ser humano, necesito comida para subsistir.
No tenía dinero para comprar comestibles, no tenía para comprar muebles y mucho menos para comprarse ropa nueva. Debía sobrevivir con lo que había logrado sacar de su casa.
La casa en dónde su madre vivía.
La mujer que le había dado la vida y la misma que lo trató como un esclavo de mierda durante 18 años, mientras ella se divertía en quien sabe dónde, haciendo quien sabe que.
La misma señora a la que había decidido abandonar hace cinco meses.
Recuerda haber pasado su primera noche de libertad en la calle, pues no le dijo a nadie que se marcharía. Cuando se dio cuenta de que no sobreviviría solo y sin ningún plan, habló con su mejor amigo y éste le prestó dinero para buscar un apartamento.
El más barato que encontró. En un barrio de mala muerte.
Pagó el primer mes por adelantado, eso le aseguraba 30 días con un techo sobre su cabeza. Era tiempo suficiente para buscar un trabajo y devolverle el dinero a su amigo.
Logró conseguir uno como 'ayudante' en un taller mecánico automotriz, porque como mecánico no tenía ni el conocimiento ni la habilidad, pero aprendía rápido y poco a poco iba conociendo los trabajos que se realizaban con mayor frecuencia.
No era el mejor sueldo, pero lograba cubrir sus gastos primordiales. Suficiente por el momento.
Volviendo al tema de la comida...
Suspiró y apretó las cintas de su mochila. Tomó las llaves sobre la mesa y abandonó su triste y deprimente apartamento.
Al llegar a la universidad, un tanto sudado por caminar más de diez cuadras, se dirigió directamente hacia la mesa que siempre estaba ocupada por sus amigos. Win, Pat, Yo, Sound y su mejor amigo Por, de quién ya hablamos.
-¡Hey Gun! Adivina quienes ganaron el campeonato de Battlefield Underground en línea.
-¿Quién?- preguntó sonriendo
-Estos bebés - Win alzó sus manos al aire y mostró sus pulgares, moviéndolos como si estuviese jugando con su control.
-Era de esperarse. La semana pasada estuviste pegado a tus videojuegos. Nos hiciste posponer 4 ensayos- alegó Sound a su derecha.
-Cierto- estuvo de acuerdo el cantante -Te felicito, pero hay que tomarnos a la banda en serio. Si queremos ser buenos, debemos ensayar duro.
Todos estuvieron de acuerdo, más no compartieron ningún comentario.
-...¿Y? ¿se les ocurre algo para que podamos darnos a conocer?
-¡Oh! podemos inscribirnos en el concurso de música de este año, la universidad es el anfitrión y sólo concursan los mejores de los mejores. Hay universidades invitadas y todo- comentó Por emocionado.
Sin embargo, recibió un golpe detrás de su cabeza, cortesía de Pat -Tenemos 4 meses de habernos juntado, nos aplastarían.
-Tienes razón.
-Cierto.
-Es un buen punto, pero gracias por proponer algo- acarició suavemente la cabeza de su amigo y siguió pensando en algunas ideas.
El timbre les obligó a levantarse de la mesa y a caminar rumbo hacia su edificio. Las clases empezarían pronto y a los maestros no les gustaba que los alumnos llegaran tarde, incluso si ellos aún no estaban en el salón.
En fin, lógica de licenciados y doctores universitarios.
Después de tomar asiento, sintió algo deslizarse dentro de su mano por debajo del escritorio. Era la mano de Por.
Confundido por la repentina muestra de afecto, giró su rostro hacia su izquierda para observarlo.
-Traje uno extra, sabes que no como demasiado ¿Me ayudas?
Entonces, el vocalista se dio cuenta que Por había colocado un pan con ensalada de pollo en su mano.
Le sonrió inevitablemente a su amigo, aquel que lo había apoyado desde que eran unos pequeños traviesos. Por le devolvió la sonrisa, mientras sus ojos se volvían líneas en su rostro.
Adorable.
Guardó el pan dentro de su mochila y esperó en silencio a que el maestro llegara. Se comería el pan a la hora del almuerzo, así no debería preocuparse por esa comida y podría aguantar hasta la noche.
Para ese entonces, ya se le habría ocurrido algo para conseguir su cena.
Además, necesitaba tener energía en su trabajo, lo estaba haciendo bastante bien y podía sentir que el dueño le estaba comenzando a tomar aprecio. Bueno, cinco meses ya de arduo trabajo y sin llegar tarde podrían calentar el corazón de cualquier jefe.
El día, para su satisfacción, pasó bastante rápido y cuando menos sintió ya estaban sentados nuevamente en su mesa habitual, el almuerzo era la parte favorita del joven.
Le dió una mordida al pan que le había obsequiado Por y sintió como su estómago lo recibía con gratitud. La ensalada de pollo estaba deliciosa y era de esperarse, la mamá de su amigo era muy buena cocinando.
Que suerte tienen algunos, pensó.
A lo lejos, pudo ver al grupo de medicina caminar hacia las bancas, los chicos y chicas caminaban como si estuviesen en una pasarela y el viento movía sus cabellos lentamente.
Por supuesto, eran los mismos engreídos de siempre, Carin, Lele, Josh, Luk, khajorn y... Tinnaphob.
Un sonrojo se adueño de su piel, el mismo que lo hacía lucir como un tomate y es que el simple hecho de ver al pelinegro, le obligaba a recordar la mañana en que ambos se habían visto a los ojos con suma sorpresa, miedo y ... ¿Desagrado?
No lo había visto desde aquella vez y esperaba que siguiese siendo así, al menos hasta que su mente superara ese horrible trauma de ver al estudiante desnudo.
Apartó la mirada antes de que el futuro doctor lo sorprendiera con sus ojos puestos en él.
-¿Estás bien? - Yo le preguntó.
-Si, genial ¿En dónde estábamos?
Los chicos lo vieron con extrañeza, porque no estaban hablando de nada, simplemente estaban comiendo en silencio, pero lo dejaron pasar y comenzaron a quejarse de las tareas que habían recibido en la clase anterior.
Gun sonrió agradecido y le dio otra mordida a su pan.

ESTÁS LEYENDO
Mío, Tuyo, Nuestro.
FanfictionUna noche borrosa deja tras ella uno de los sucesos más extraordinarios en la vida de una mujer, pero ¿Qué sucede cuando el receptor de tan ansiado regalo, es un chico? ¿Es algo bueno o malo? Dependerá de la manera en que lo mires. No soy dueñ@ de l...