Especial 4: Papá

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A Tinn le encantaban los momentos en los que tiene la oportunidad de relacionarse con su pequeña princesa. Casi nunca podía verla durante el día y debía conformarse únicamente con el fin de semana. No, no era suficiente tiempo.

Ahora, un martes, debía quedarse a cuidarla. Force y Book estaban atareados en el taller por ser temporada alta y los chicos faltaron a la universidad para atender a una audición. Eso incluía a Gun. Así que, le tocaba a papá quedarse con su angelito.

-Mm

Se encontraba recostado de lado sobre su cama y frente a él, estaba Sunset. Ambos se miraban, mientras Tinn levantaba su mano y quitaba los cabellos revueltos de su frente para después, checar su temperatura.

Suspiró al sentir su frente caliente.

-Papa...

La escuchó murmurar.

- ¿Si?

- ¿Tenes ite a estudial?

Tinn negó con una sonrisa -No, hoy me quedaré a cuidarte hasta que te sientas mejor.

- ¿Sí? - preguntó la pequeña niña, mientras sonreía y sus ojos formaban medialunas.

Igual a su papá.

-Si, todo el día. Solos tú y yo ¿Qué tal suena? ¿Te gusta?

Su hija asintió y el pelinegro no pudo evitar atraerla hacia él y abrazarla hasta que sintió que su respiración se alentaba, normalizándose en el proceso. Ella era tan frágil y fuerte al mismo tiempo, su estatura, le hacía ver como alguien más pequeña, no como una niña de dos años.

Era como un conejito. Suave, pequeño y lindo.

Amaba cargarla siempre que tenía la oportunidad, aunque Gun lo regañe y le diga que la va a malacostumbrar ¿Qué puede hacer? Es su bebita y no la veía lo suficiente, así que, si él quería consentirla, lo iba a hacer.

¿Cuándo había sido la última vez que se quedó un día entre semana? Gun y él habían estado ocupados con sus estudios, pero todo era para darle a Sunny la vida que merecía. No podían renunciar a todo y querer vivir de la nada ¿No? El dinero no les iba a caer del cielo y se negaba a pedirle prestado a sus padres, sin importar que su relación hubiese mejorado un 10% gracias al nacimiento de su princesa.

Sus ahorros se estaban acabando y por ello, consiguió un trabajo por las tardes cuando Sunny cumplió los seis meses de edad, eso les estaba dando lo necesario por ahora, pero eventualmente, su hija crecería y los gastos también. Si era sincero, no podía esperar a graduarse y tener un empleo en el hospital más cercano.

La niña en sus brazos estaba realmente quieta.

- ¿Sunset?

No obtuvo respuesta.

Suspiró con adoración ante el bello sonido de sus balbuceos, aquellos que eran idénticos a los de Gun cuando dormía -Te amo Pim.

...

Cuando el día llegó a su máximo esplendor, con el sol radiante colándose por las ventanas, Tinn tuvo que levantar a su hija con el dolor de su corazón. Ella debía comer algo, pues su cuerpo lo necesitaba para recargar baterías.

-Muy bien, Book dice que a esta hora sueles comer fruta.

Ella asintió.

Tinnaphob se acercó al refrigerador y sacó unas manzanas, las lavó y luego, comenzó a cortarlas para colocarlas en un plato hondo color naranja con dibujitos de dinosaurios.

-Les voy a poner miel para que le ayude a tu garganta ¿Ok? Será sólo un poquito.

Su hija asintió nuevamente con una sonrisa y observó a su papá agregarles miel a los pedazos de fruta, no estaba acostumbrada a comer dulce porque a su abuelo Book no le gustaba. El dulce la ponía muy hiperactiva, algo que sus padres conocían de antemano.

Mío, Tuyo, Nuestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora