Mío, Tuyo, Nuestro.

XXXIV

Cuando Tinnaphob se levantó la mañana del miércoles, pensó nuevamente en faltar a su encuentro con Khajorn como aquella primera mañana, más que nada, porque el chico a su lado lucía extremadamente suave y abrazable.

Durante cuatro días desde su cita, el pequeño gato había estado durmiendo a su lado y no era algo que hubiesen discutido, simplemente al terminar el día, el chico terminaba su rutina nocturna, caminaba hasta el cuarto de Tinnaphob y se metía debajo de las sábanas esperando al mayor.

El 'Tuve una pesadilla' fue reemplazado por 'Cuando estoy a tu lado, me siento cálido'

Tinn no se estaba quejando en lo absoluto y menos, cuando el menor estaba acurrucado con el cabello cayendo sobre sus ojos y un pequeño puchero tiraba de sus labios.

No quería salir de la cama.

Sin embargo, necesitaba seguir instruyéndose de la mano de su amigo y, de esa manera, poder progresar en sus conocimientos, los cuales, hasta hace unas semanas, eran nulos.

Debía estar preparado en todos los temas y tácticas para dar un gran desempeño y su junior le estaba siendo de gran ayuda. Siempre lo era.

Con el dolor de su corazón se obligó a remover la sábana y pasarla sobre sus piernas, descubriéndose en el proceso. Era increíble el cambio de temperatura al estar en contacto directo con el aire frío de la mañana.

Se apoyó sobre el colchón y se impulsó hacia su lado izquierdo, logrando bajar sus piernas y apoyar las plantas de sus pies en contra del helado piso.

Un suave quejido, le obligó a quedarse quieto, cuando varios segundos pasaron y el silencio siguió reinando en aquella habitación, decidió moverse nuevamente, logrando ponerse de pie.

- ¿A dónde vas?

Tinnaphob cerró los ojos y mordió su labio inferior, reclamándose por no haber sido más cuidadoso cuando Gun necesitaba todas las horas de sueño que pudiera recolectar.

Apenado, se dio la vuelta -No quería despertarte.

El pequeño se removió bajo la sábana roja y miró el reloj con el ceño fruncido - ¿Tienes que ir a tu curso extracurricular?

-Si, no puedo perderlo. Me está ayudando grandemente.

Tinn sabía que la mirada en aquellos enormes ojos buscaba alguna especie de mentira en los propios. Sin embargo, después de un minuto, este sólo volvió a cerrar los ojos y se cubrió con la sábana hasta la barbilla.

-Con cuidado.

Ugh, mi adorable gatito.

Se acercó a él, apoyó su peso sobre la cama y dejó un suave beso sobre su frente, logrando así, que el menor sonriera felizmente.

-Te veré en el campus.

- ¿Vendrás a mi facultad?

Tinn sonrió dulcemente, en los últimos tres días se había paseado por la facultad del vocalista para intentar cachar algún destello de él y aunque no lo había encontrado, Gun si lo había visto.

-Sólo si te dejas ver.

-Oi, pero es divertido observar cómo me buscas con la mirada, no eres para nada discreto.

-Esa es mi oferta.

-Bien Tinnaphob, juntémonos para el almuerzo y trae algo delicioso. La comida de la cafetería me está hartando.

- ¿Qué te gustaría?

El menor sonrió -Sorpréndeme.

Mi especialidad.