XII

1.2K 178 28
                                    

El viaje dentro del automóvil fue más largo de lo que Gun esperaba. Tinnaphob parecía haber hecho un voto de silencio y eso le hacía preguntarse si estaba molesto.

No tendría por que estarlo. Él no pensaba renunciar a su trabajo, después de todo, era lo que le había ayudado a pagar sus gastos en los últimos meses.

Además, no quería dejar al señor Force o a Book. Tenerlos cerca y trabajar en el taller junto con sus compañeros, le hacía sentir que pertenecía a un lugar. A una familia. No pensaba renunciar a eso.

El auto se detuvo y aprovechó para desabrochar su cinturón.

-Gracias por traerme- dijo mientras abría la puerta, pero antes de salir, Tinnaphob le agarró el antebrazo con fuerza y le obligó a quedarse en su lugar.

-No hagas nada que requiera mucha fuerza.

-Ya te dij-

-Por favor.

Se sorprendió de escuchar aquello.

El por favor era nuevo. No pudo evitar saborear la súplica por unos segundos, pero su satisfacción se evaporó al notar verdadera preocupación en los ojos del futuro médico.

Carajo, parece un cachorrito con esa mirada.

-Tendré cuidado.

Sin agregar ni un comentario más, nuestro pequeño estudiante de primer año, bajó del auto, acomodó la mochila sobre sus hombros y caminó hasta la entrada.

Saludó a sus compañeros, a Force y se escabulló dentro de la pequeña casa en el fondo para buscar a Book.

¿Por qué?, Lo hacía todos los días cuando llegaba al taller, sin importar el horario. Ver a su otro jefe lo ponía de buen humor. Su sonrisa era contagiosa.

Lo encontró en la cocina comunal, mientras cortaba unos vegetales.

-¡Gun!, ¿Cómo has estado pequeño diablillo?

El chico sonrió con un fuerte sonrojo sobre sus mejillas.

-Estoy bien Book, ¿Qué cocinas?

-Simplemente una ensalada para el desayuno, ¿Quieres un poco?, ¿Ya comiste?

Las preguntas lograron que el corazón del menor se calentara de una manera exquisita. Amaba el sentimiento.

-Ya comí, no te preocupes. Solamente venía a saludar.

-Ow, eres una ternura. No tienes porqué venir a hacerlo todos los días.

Lo sé, pero me gusta verte.

Ok, ese era un pensamiento extraño. No me gusta verte por motivos románticos o porque me gusta espiarte. Simplemente, me gusta tenerte alrededor.

¿Eso tiene sentido?, Esperemos que sí.

-Lo sé. Pero me gusta ser educado.

Book elevó su mano para quitar un mechón de cabello que estaba molestando de gran manera al chico y sonrió.

-Eres muy adorable. Ahora vé a trabajar y si sucede lo de aquella vez, ven a verme.

Gun asintió y se dió la vuelta para alejarse.

¿Por qué tenía ganas de llorar?, Debían ser las hormonas seguramente, pero ¿Por qué?, Sólo había saludado a Book, el mayor que se comportaba como si fuese su protector. Una persona que se preocupaba por él, además de Por.

Llegó a su estación de trabajo y comenzó a recibir a los clientes. Escuchaba los problemas, revisaba el automóvil y por último, les explicaba la situación y las medidas que deberían tomar. Obviamente, también les indicaba el costo de la reparación.

Mío, Tuyo, Nuestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora