XXXVI

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El pequeño tecladista se asustó al ver a su amigo enterrado en su pecho y respirando como si fuese un pez fuera del agua. Jamás lo había visto así y no era para nada agradable.

Caminó despacio hasta el primer salón que encontró, gracias al cielo, estaba completamente vacío. Maniobró para poder poner el seguro a la puerta y caminó hacia el escritorio doble en el frente.

Con cuidado, sentó al cantante y tomó asiento a su lado.

-Gun, trata de calmarte.

El chico frente a él negó, mientras lágrimas rodaban por sus mejillas, sus ojos ya estaban rojos e hinchados de tanto llorar.

-Gun. Tienes que calmarte, esto no le hace bien al bebé.

Al escuchar la palabra, sus ojos se agrandaron y se abrazó a sí mismo, Por, pensó que su llanto incrementaría, pero la respiración del menor se fue calmando hasta que solamente quedó un pequeño sollozo.

-Muy bien, eso es. Tranquilo.

Llevó su mano debajo de la barbilla contraria y la levantó, logrando que los orbes castaños se posaran en los suyos. Su mirada lucía cansada y miserable. No, este no era el Gun que había visto salir rumbo al área de mesas.

- ¿Qué sucedió? - susurró, siendo lo más cuidadoso posible.

-T-tinn nos vio.

- ¿A qué te refieres? Ese era el plan ¿no?

-Me vio junto a Mark.

Oh. Mierda.

-Demonios ¿Qué te dijo?

-Nada, no me dijo nada. Sólo se dio la vuelta y se marchó, como si ni siquiera soportara mirarme.

-Te dije que debías hablarlo con Mark primero.

-Yo sólo, no sé, lo olvidé. Estaba tan feliz con Tinn que, Mark desapareció de mi mente estos días.

El pequeño se acercó y atrajo al vocalista nuevamente a sus brazos, tratando de dar alguna especie de consuelo.

- ¿Qué voy a hacer?

- ¿Cómo que qué vas a hacer? Vas a hablar con él.

-No. Él me odia.

-Por favor, Gun. Ese hombre no te odia, quizá sólo fue una sorpresa verte junto a Mark, y quién lo culparía, a ti no te gustaría llegar a su facultad y verlo abrazado con Khajorn.

Él negó, sintiéndose mucho más culpable.

-Lo volví a hacer, te falle otra vez.

Por, estuvo a punto de preguntar a qué se refería, pero sintió las manos del vocalista posarse en medio de sus cuerpos y se dio cuenta que no le estaba hablando a él.

Su corazón se contrajo ante tal imagen, siempre sería desgarrador el ver llorar a su hermano, y más cuando la figura entre sus brazos lucía tan vulnerable mientras acariciaba su pequeño y abultado vientre.

-S-sabia, yo sabía que lo iba a arruinar.

-Gun - regañó suavemente -No debes culparte por esto y el bebé no está enojado contigo.

- ¿Cómo lo sabes?

-Porque él te ama, por el simple hecho de que eres su papá, siente como lo cuidas y lo quieres, eso es suficiente para él.

Se separó del abrazo y sus ojos analizaron el rostro del tecladista, antes de que sus labios temblaran nuevamente -Quiero a Tinn.

Diablos, las hormonas son un caso bastante serio.

Mío, Tuyo, Nuestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora