Mío, Tuyo, Nuestro.

XXXIII

Esperó de todo, menos eso.

Pasaron grandes ideas por su mente ante lo que Tinn podría haber planeado, pero su elección lo había dejado sin palabras. Totalmente atónito.

Podía sentir la grama crujir debajo de sus zapatos ante cada paso, su mano sujetaba firmemente el antebrazo del mayor y la otra descansaba sobre su estómago, gesto oculto gracias a la bolsa delantera del hoodie.

A su alrededor había mesas, las cuales formaban parte de bellos amueblados para exteriores. Gente sentada en el césped, carritos de comida y, su parte favorita, música en vivo.

Varios grupos independientes los rodeaban como si fuese alguna especie de concierto múltiple. No eran bandas enormes con amplificadores, no, en algunos o la mayoría, sólo estaban conformados por vocalista, guitarrista y una caja, encargándose de la percusión.

Todo era hermoso, los diferentes sonidos llegaban hasta sus oídos y formaban una melodía propia. Todo era muy perfecto y se sentía como en su casa.

-Por tu expresión, creo que di en el blanco ¿No es así?

- ¿Cómo supiste de este lugar?

El mayor se encogió de hombros -Vi un anuncio en línea y automáticamente pensé en ti. Supuse que te gustaría.

Su corazón se derritió.

-Me encanta.

-Bien, sube.

- ¿Subir? ¿adónde?

-Aquí aceptan a todos los artistas que buscan compartir su música con los demás, sólo necesitas reservar una hora con anticipación y te inscribí.

- ¡¿Tú qué?! No.

-Vamos, Gun. Te he escuchado cantar cuando te duchas, en tus ensayos dentro del área comunal y sé que tienes una hermosa voz.

-Este no es nuestro baño Tinnaphob.

-Por favor, me vas a decir que tienes miedo escénico, no lo creo. Eres Guntaphon, vocalista de Chinzhilla.

No, no tenía pánico escénico. Su mano, ahora libre, estiró su hoodie hasta asegurarse de que su pequeña pancita estuviera totalmente cubierta.

Bastantes ojos le estarían mirando y se sentía... expuesto de algún modo con sólo pensarlo. Como si pudiesen ver a través de su hoodie y descubrir que, era un... chico embarazado, un fenómeno, un defecto de la naturaleza.

"Eres un fenómeno, me das asco. Desaparece de mi vista en este instante y no quiero escuchar a medianoche que te escabulles hacia la cocina. No hay cena para niños anormales como tú"

Soy un fenómeno.

Su respiración se agitó nuevamente, pero esta vez el ataque fue más violento. Como si estuviese sufriendo un soponcio o un ataque de asma en pleno jardín. Unos brazos lo rodearon y le murmuraron promesas al oído, buscando que su cuerpo se calmase.

Después de unos minutos, lo hizo.

-No quise presionarte, lo lamento.

-No, no. Tinn, no eres tú. Simplemente me abruma que me vean y que, puedan descubrir que soy, bueno, que... Yo.

-Está bien, no tienes que decirme. Podemos ver las presentaciones y comer algo delicioso.

-Lo siento.

-No Gun, lo importante es que disfrutes de nuestra cita y quiero que te sientas cómodo en el proceso.

¿Por qué tenía que ser tan... perfecto?