Los días que siguieron fueron tranquilos para Gun, este le confesó al mayor lo que había ocurrido con Mark y manifestó sus nervios por encontrarse con el chico otra vez, pues no quería sentirse incómodo y tampoco seguir lastimando al estudiante.
Sin embargo, Mark no lo volvió a buscar y en cierta manera, Tinn se sentía agradecido por ello, pues no quería que su pequeño gato se mantuviese estresado a lo largo del día, no era algo saludable ni para él ni para el bebé.
Estaba aliviado, pero no podía decir lo mismo de su persona, pues él, si debía ver a Mark todos los días y presenciar su miseria en primera fila. Por más que su enemistad fuese puramente unilateral, él no le guardaba rencor. Ese nunca había sido su estilo.
Le dolía verlo apagado y saber que la mitad de su sufrimiento era por la muerte de su abuela, aquella mujer a la que él había conocido cuando la visitaban durante el verano, hacía que la incomodidad de verlo fuese mayor.
Él ya no mantenía relación con su familia, pero tampoco deseaba perderlos o que algo malo les sucediera, por ello, el saber que la señora a la que Mark consideraba como su mamá, incluso más que su propia progenitora, se había ido, le rompía el corazón. La señora había sido una santa e incluso él, a su corta edad, lo sabía.
Debía ser horrible perder a alguien que amas y sólo esperaba, jamás tener que pasar por eso.
Trató de alejar sus pensamientos de la muerte y tristeza. Respiró profundo y siguió avanzando por el pasillo.
Como todas las mañanas, ingresó a su salón, preparado mentalmente para ver la misma imagen que había encontrado en los últimos 5 días. Mark se encontraba sentado al final de la fila, en el último asiento del escritorio, ubicado en la esquina superior derecha.
Su vista, estaba centrada en lo que pasaba detrás de la ventana, el movimiento de las copas de los árboles, los pájaros que planeaban en lo alto y las nubes que se alejaban cada vez más y nuevas tomaban su lugar. Era un método de distracción, Tinn lo había hecho muchas veces, estar presente en el lugar físicamente, pero no en espíritu.
Era una vista desgarradora y cómo era su costumbre ya desde una semana atrás, tomó siento al lado de Gini. En los últimos días, había decidido que quería comenzar a preocuparse más por el tipo de personas con las que pasaba su tiempo, alejarse del bullicio de aquellos que lo seguían ciegamente, era el primer paso.
En los últimos días, a la hora del almuerzo, Khajorn, Gini y él, se sentaban en una mesa, platicaban amenamente y le compartían a Jorn algunos de los temas que vería el año siguiente. Se sentía realmente bien el despegar su vista de los libros y socializar abiertamente con un verdadero y genuino interés por sus compañeros.
Le estaba gustando el cambio. Era como renacer y ver el mundo por primera vez.
- ¿Trajiste el primer tomo de 'Los miserables'?
Tinn volvió al presente y dedicándole una sonrisa, buscó el libro dentro de su mochila, al encontrarlo, se lo mostró, mientras movía las cejas de arriba hacia abajo.
Gini rio con diversión y estiró sus manos para tomar el libro - ¡Ya quiero leerlo! Te prometo que lo regresaré pronto.
-Toma tu tiempo, la lectura a la carrera no es un viaje satisfactorio.
-Tienes toda la razón, entonces tenme paciencia.
La clase dio inicio cuando el doctor ingresó al salón y comenzó la lectura del capítulo quince. Sacó los útiles de su cartuchera y sonrió cuando vio el lápiz mordido de un extremo, las marcas de los dientes del cantante eran pequeñas y tiernas. Era divertido como Gun negaba ser un gato, aún cuando le mostraba sus lápices y crayones mordidos.

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Mío, Tuyo, Nuestro.
FanfictionUna noche borrosa deja tras ella uno de los sucesos más extraordinarios en la vida de una mujer, pero ¿Qué sucede cuando el receptor de tan ansiado regalo, es un chico? ¿Es algo bueno o malo? Dependerá de la manera en que lo mires. No soy dueñ@ de l...