Frío

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—No sé...—Murmura Lucía con nerviosismo—Y-yo... Y si...

La Dominicana recula hacia atrás por el conducto de aire ante la confusa mirada de su novia y su hermana alejándose de la fría puerta que da paso a la sala en la que se encuentra su pequeño.

Después de que Lucía se calmara en los brazos de Amelia en la oficina, Tao le entregó el papel con el mapa para llegar hasta él a través de los conductos mientras que el pelinegro le explicaría el plan a los nuevos integrantes. Luz se había apuntado a ir con ellas, no se veía capaz de volver a perder a su hermana de vista sin tener un ataque de pánico, así que la mayor, al notar su miedo, le aceptó de buen gusto la petición y las tres juntas se separaron de los demás.

Ahora, a sólo unos metros de su niño, Lucía sufre una metralla de dudas, jamás pensó que volvería a verlo, había pasado noches enteras sin dormir llorando de dolor, pensando una y otra vez en todo lo que le diría si se reencontrara con él al morir, o en todo lo que podría haber hecho para evitar perderlo, si hubiera hecho las cosas bien "eso" no habría pasado.
Una vez que conoció a Amelia había pensado que todo acabaría, que ella le daría el remanso de paz que necesitaba, aunque eso supusiera llorar en absoluto silencio en las noches a su lado, no podía permitirse perderla ¿Y si enterarse de que tuvo un hijo la hacía tener dudas sobre su relación? No podía.

—Lucía, tienes que respirar.

El tren de pensamientos en su cabeza frena en seco provocando un chirrido en su interior y dirige su mirada desorientada a su hermanita, que se abraza a ella en silencio y a Amelia, que le acaricia la nuca con la mirada llena de preocupación.

—Todo estará bien... Le recuperaremos—Anima Luz apretando el abrazo y levantando la mirada.

Lucía traga duro y le devuelve el abrazo mirándola por un instante antes de volver a mirar a Amelia.

—Vamos a sacarlo de aquí, vamos a acabar con ellos y entonces podremos vivir en paz ¿De acuerdo?—Le da una sonrisa que Lucía no comprende, y debe de expresarlo con su cara, puesto que Amelia frunce el ceño confundida y le pregunta—¿Qué ocurre?

—¿C-como no estás enfadada? ¿P-por qué lo manejas tan bien...?

Luz mira de reojo a Amelia disimuladamente queriendo escuchar su respuesta sin separarse de Lucía.

—¿Pensabas que te iba a dejar por esto?

Lucía no responde y Amelia le toma la mano.

—Eres una idiota...—Dice en tono suave con una sonrisa—No podría dejarte por esto, además la urgencia ahora es acabar con todo esto, una vez fuera podemos hablar de esto mejor ¿De acuerdo?—Lleva la mano a sus labios y se la besa.

Luz sonríe a escondidas y Lucía asiente soltando aire algo más calmada. Una vez que Luz se asegura de que el corazón de su hermana retome un ritmo normal se separa y la mira.

—Seguro que eres una madre genial, al menos eres la mejor hermana que podía pedir.

—Pero-

—Y Luca también.

Lucía aprieta los labios cuando su hermana le roba las palabras de la boca y se cruza de brazos. Luz da una sonrisilla y le guiña un ojo.

—Ahora vamos por mi sobrino, ya quiero conocerlo.

Lucía se toma un tiempo y asiente con una ligera sonrisa, se frota la cara para despejar sus pensamientos y abre la escotilla de una patada. Se deja caer la primera seguida de Amelia y extiende los brazos para atrapar a Luz, esta se deja caer demostrando la confianza plena en su hermana y ríe a causa de la adrenalina cuando la deja en el suelo.

✨Lucía✨ Toh (lumelia) (Español) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora