CAPITULO 18

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Cuando me obligo a bajar de la nube de triunfo en la que me encuentro regreso a mi mesa, cojo el móvil y llamo a Freser. Tengo que estar preparada para la sesión de hipnosis y será mejor empezar a hacerlo cuanto antes. Quedo con él para mañana no sin antes recordarme que quiere ver una copia de la autorización firmada por mi paciente, así que cuando cuelgo la busco en mi portafolios y la observo con detenimiento, tengo que tapar los datos de Moore, eso es fácil, corto un trocito de papel blanco y con él cubro el nombre de Moore. Al final del documento, bajo la palabra conforme, está su firma, un complicado entramado de líneas rectas entrecruzadas entre sí, sin nombre ni iniciales.


-Exactamente como tú, Moore, recto, complicado y sin revelar más de lo necesario- digo en voz baja.


Hago una fotocopia y la reviso por última vez para asegurarme de que no queda ningún dato de él al descubierto y finalmente le doy el visto bueno.


A la hora del almuerzo Erik se acerca a mi mesa con disimulo.


-Find me ha dicho que Moore no le ha aceptado como sustituto tuyo- me dice tras asegurarse que nadie nos escucha.


A veces resulta cómico ver como habla casi en un susurro mientras no deja de vigilar a nuestro alrededor como un auténtico paranoico.


-He decidido no tirar la toalla con Moore, después de todo no es tan fiero el león como lo pintan- digo y él me mira extrañado- bueno...lo cierto es que Montgomery me dio un empujoncito , ya sabes que puede ser muy convincente, ¿verdad?


-¿Me estás diciendo que Peter ha hablado contigo a mis espaldas?


-Más que hablar...me amenazó para que volviera con Moore si no quería perder mi empleo.


Erik suelta el aire con fuerza- ¡será!...


-¿Erik, estás seguro de que no sabe lo nuestro?


-¿Por qué lo dices?


-Porque resulta extraño que Montgomery me llame para hablar conmigo sin que tú estés revoloteando alrededor- se queda pensativo .


-Sí, es muy raro...


-¿Nos vemos esta noche?- le pregunto.


-No, esta noche no puedo...pero mañana...- contesta dedicándome una de sus miradas seductoras.


-Lo siento, para mañana mi reloj biológico tiene reservada mi cita mensual con la regla.


-¡Vaya, que fastidio!


Cualquier mujer se sentiría ofendida por ese comentario que no hace más que dar por hecho que nuestra relación es meramente sexual, pero yo no, porque reconozco que para mí también lo es y que yo fui la primera en quererlo así.


Al día siguiente por la tarde me presento en casa de Freser. Lo primero que me pide es la autorización firmada del señor VIP, cuando se la muestro se queda mirando la intrincada firma.


-Es curioso...- comenta.


-¿El qué?


-Lo mucho que puede decir una firma sobre su dueño- contesta y yo sonrío.


-Yo diría que en este caso le define totalmente.


Freser me mira antes de continuar hablando- pues escarbar en esta mente tiene que ser espectacular.


Me quedo pensativa, es indudable que el comportamiento estrambótico de Moore tiene que tener sus raíces en esa mente privilegiada y a la vez atormentada.


Ando en mis pensamientos cuando Freser saca un frasquito de vidrio color miel de un armario cerrado con llave- aquí está el suero de la verdad- como él la llama. Después me entrega una especie de librito.

Perdida en tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora