CAPITULO 9

86 10 2
                                    

A la mañana siguiente me levanto temprano y salgo a surfear, regreso a casa a media mañana, miro al cielo en el momento en que un avión lo surca y no puedo evitar respirar tranquila pensando en que por fin el señor VIP se habrá marchado de la isla.


Tras darme una ducha me dispongo a ayudar a mi madre con los collares cuando suena el teléfono. Mi abuelo me avisa de que es Maele que quiere hablar conmigo. Extrañada por su llamada lo cojo y la saludo.


-Hola Maele.


-Hola Kala...- su tono es serio y eso empieza a mosquearme- llevo toda la mañana llamando a la habitación de tu guapo amigo y no contesta.


-Bueno...su vuelo salía a las doce...imagino que ya se habrá ido.


-No Kala, a menos que lo haya hecho sin pagar.


Parpadeo extrañada. El señor VIP no tiene pinta de ser de los que salen por la puerta falsa.


-¿Y dices que llevas llamándole toda la mañana?


-Sí...- contesta preocupada- quizás haya sufrido un coma etílico...o algo peor... ¿te imaginas que esté muerto?


-¡No digas tonterías, Maele!- exclamo quitándole importancia, pero lo cierto es que el alcohol de tres volcanes no se elimina fácilmente y yo misma empiezo a preocuparme.


-Quizás deberías venir...- me propone.


Me quedo pensando, no sé qué es lo que puedo hacer yo, pero lo cierto es que él vino aquí siguiéndome a mí y en parte me siento responsable.


-Está bien, ya voy.


Cuando llego Maele me dice que ha vuelto a llamar hace unos minutos y que sigue sin contestar.


-¿Tienes un duplicado de la tarjeta de su habitación?- la pregunto. Ella asiente y va a buscarla, pero antes de entregármela duda un momento.


-Kalanie ¿sabes que me pueden despedir por esto?


La miro y suspiro.


-¡Está bien, toma y sube antes de que me arrepienta!...y solo espero que no esté muerto.


Un escalofrío me recorre el cuerpo. Subo hasta la habitación, y antes de entrar llamo a la puerta, espero contestación, pero nada.


Cojo aire con fuerza para cargarme de valor, pensando en lo que me puedo encontrar tras esa puerta. Finalmente lo hago y cuando entro, miro hacia la cama y me la encuentro vacía. De pronto del cuarto de baño sale Moore cubierto tan solo por una escueta toalla que lleva anudada a la cintura. Doy un respingo, nerviosa, para nada era esta imagen lo que esperaba encontrarme y empiezo a balbucear como una adolescente arrebolada- ¡oh Dios mío!, lo...siento...yo...no...solo quería...-él me mira impasible.


-¡Sssss!- me chista- no levante la voz, me va a estallar la cabeza- añade masajeándose las sienes.


Me doy la vuelta incapaz de seguir mirando ese cuerpo perfecto sin boquear como un pez- Maele llamó... yo no...no contestaba...y no estoy chillando...-me siento como una imbécil incapaz de hilar más de dos palabras seguidas.


-¿No me diga que no ha visto a un hombre desnudo en su vida?- su tono es una mezcla de seriedad y burla. " ! Vaya, parece que Míster simpatía ha hecho acto de presencia otra vez!"- por ejemplo a Maine.


Me giro como un resorte y me encaro a él-¿Maine?


-Es su novio, o algo así ¿no?


-¿Y qué le hace suponer eso?-pregunto molesta.

Perdida en tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora