Se me queda mirando con una mezcla de dolor, ira y sorpresa antes de levantarse y dirigirse hacia la cocina, le sigo. Temo su reacción y que un momento tan idílico como estábamos viviendo se venga al traste. Así que trato de defenderme explicándole que yo no he buscado los vídeos a propósito.
-Escucha yo no...- pero antes de poder decir más me arrincona contra la encimera y se abalanza sobre mí, me agarra la cara con las manos y me besa con fuerza, con furia, con pasión y hasta yo diría que con desesperación. Yo le respondo y me dejo llevar por el placer que me produce ese beso que tanto llevo esperando. Me agarra con fuerza y me pega a su cuerpo.
Cuando se separa siento los labios doloridos, pero no me importa. Se aparta un poco como si temiera caer en algún tipo de tentación que no debiera. Le miro esperando que siga, nuestras respiraciones están agitadas.
-No debo hacerlo...- dice pasándose las manos por el pelo en un gesto de absoluta desesperación.
-¿Qué pasa Dan...?
Niega con la cabeza- estoy confuso...no quiero hacerte daño...tú no eres como las demás mujeres...
Entonces caigo en la cuenta de que en el tema del amor no somos tan distintos, yo me cerré a él para no sufrir y él simplemente no lo ha conocido nunca. Pero a ambos nos aterra lo que nos está pasando.
-Te entiendo perfectamente...- empiezo a decir con voz pausada, tratando de mantener su atención y de que él mantenga la calma. Al principio ni me mira- sientes cosas a las que te has negado siempre...que pensabas que no existían en tu interior...ahora tu cabeza siempre está en otra parte, en otra cabeza y en otro cuerpo al que deseas por encima de todo...- mis palabras consiguen captar su atención porque me mira y en sus ojos puedo ver lo perdido que está- de pronto dejas de ser tú para ser parte del otro...y deseas por encima de todo estar en su cabeza, en su cuerpo...en su corazón como él lo está en ti- su mirada cambia y deja de ser desconfiada- que te bese, que te toque y que...te haga el amor deja de ser un capricho para ser una necesidad, yo diría que hasta fisiológica, lo necesitas para respirar...
Nos miramos fijamente durante unos segundos en los que me pierdo en esa mirada azul.
-Te entiendo porque ambos padecemos lo mismo- me atrevo a decir finalmente.
Mira hacia el techo haciendo un gesto de dolor.
-¿Eso es lo que sientes por Erik?
Me extraña su pregunta, pero no la cuestiono, simplemente me limito a contestarla.
-Acabo de decirte que estoy enamorada de ti.
Se queda paralizado durante unos segundos en los que espero no estar equivocada acerca de sus sentimientos. De pronto se planta delante de mí.
-Tú no te enamoras...
Sonrío- tú tampoco...pero lo cierto es que ambos hemos caído de cabeza en el agujero.
Se queda pensativo, todo esto es nuevo para él y puede tardar en asimilarlo, así que decido dar yo el siguiente paso y metiendo mi mano entre su pelo le acaricio el cuello. Cierra los ojos y mueve la cabeza como frotándose con mis dedos. Me parece el hombre más guapo del mundo y sin pensarlo dos veces le atraigo hacia mí y le beso. Le beso con pasión...con amor. Al instante reacciona cogiéndome por la cintura y pegándome a él. El beso empieza a cambiar de intensidad lo que provoca que nuestros cuerpos se froten exigentes. Siento como mi corazón se acelera y mi temperatura empieza a subir según sus manos se mueven con avidez por mi espalda y mi trasero. Sé que si no nos doy tiempo esto acabará siendo un aquí te pillo aquí te mato, y no es sexo solo lo que busco.,

ESTÁS LEYENDO
Perdida en tu mente
ChickLitKalanie es joven, moderna y desinhibida. ¿Podrá enfrentarse a su primer caso importante dentro del bufete de psicólogos donde trabaja? ¿Quien psicoanaliza a quien? «¿por qué siempre tiene que sacar algo a cambio?, ¿por qué con él todo tiene que se...