CAPITULO 37

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Se me acelera el corazón solo de pensar que él está aquí, y no a miles de kilómetros de mí. Miro con avidez hacia el enorme salón, plagado de gente enmascarada, con una sonrisa de oreja a oreja y un brillo especial en los ojos sin poder disimular la enorme ansiedad que me produce encontrarle.


-¿Es él verdad?- grita Erik por encima del estruendo de la música.


-¿Qué?


-¡Moore!... ¡es el hombre del que estás enamorada!...


Me pongo seria y le miro. A pesar de la máscara que cubre gran parte de su cara puedo apreciar la tensión de su rostro al apretar la mandíbula.


No digo nada, lo que le lleva a darse cuenta de que está en lo cierto.


-¿Cómo has podido Kala?- dice con la voz cargada de odio- ese hombre está loco de atar y tú lo sabes...


La furia me invade, ¿por qué tanto Tom como Erik se empeñan en desprestigiar a Dan ante mí?


-¡Eso no es cierto!, y tú como profesional deberías ahorrarte ese tipo de comentarios, más si no conoces su caso.


Puedo ver la rabia en sus ojos ante mis palabras.


-Cuando me pediste que te relevara del caso por estar demasiado implicada jamás pensé que pudieras llegar a esto... ¡por el amor de Dios, Kala, era tu paciente...!


-El corazón no entiende de profesiones, Erik...- me defiendo.


-¿Profesiones?...!después de esto tu profesionalidad ha quedado a la altura del betún!- me corta de muy malos modos- ¡no eres más que una cría jugando a ser una gran psicóloga!, ¿esa es la terapia que utilizas con todos tus pacientes...tirártelos?


Levanto la mano con la intención de abofetearle, pero me arrepiento en el último momento.


-¡Al único que me tiraba era a ti, Erik!...a él le quiero y no te voy a permitir que te inmiscuyas en mi vida privada- afirmo categórica con la intención de devolverle el daño que él me acaba de infringir - A partir de ahora sólo eres mi jefe y quiero que mantengas las distancias conmigo o te denunciaré por acoso. ¿Cómo crees que le sentará eso a tu querido ex suegro?- añado con saña.


Veo como aprieta los puños y su boca dibuja una línea recta.


Tras él veo acercarse a su pelirroja acompañante de esta noche- será mejor que te ocupes de tu pareja de hoy... resulta bastante descortés que andes celando a las mujeres de otros mientras a ella la tienes abandonada...- abre la boca para decir algo pero la pelirroja le interrumpe, para mi total alivio.


-¡Erik, cielo...ven a bailar!- habla imitando a una cría caprichosa y anda dando tumbos. Me da que ha bebido más de la cuenta. Ella tira de él y se lo lleva.


Cuando me quedo sola respiro hondo para quitarme la tensión del momento mientras miro hacia el salón con desesperación.


"! Cómo se supone que le vas a reconocer entre tanto enmascarado si todos llevan la misma capa negra?!"


Resoplo fastidiada, sin dejar de otear a los asistentes tratando de encontrar una pista en alguno de los caballeros que me pueda llevar a pensar que sea él. Hasta que un camarero se acerca- ¿señorita Duncan?


-Sí, soy yo- contesto.


-Un caballero me ha entregado esto- me tiende un papelito doblado y yo me apresuro a leerlo.


"EN LA SALA DE BILLAR"


Está escrito en letras mayúsculas y no lleva ninguna rúbrica ni señal de quien es el remitente de dicha nota. Pero yo lo tengo claro. Él se ha encargado de encontrarme a mí.

Perdida en tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora