CAPITULO 43

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Salgo del agua con mi tabla bajo el brazo y la deposito en la arena. Miro al inmenso mar que dejo atrás dándome cuenta de que sobre las olas es el único lugar donde consigo no pensar en Dan. Suspiro y paseo por la playa hasta que me doy cuenta de que estoy ante la roca donde Luke y yo grabamos nuestros nombres, y que justamente es el mismo lugar donde Dan me encontró cuando vino a la isla. Desesperada porque su recuerdo me persiga constantemente regreso a la casa.


Han pasado ya más de tres largas semanas desde que llegué aquí huyendo de mi desdicha personal y me doy cuenta de que ni la distancia ni el calor de mi familia han logrado aplacar lo más mínimo la tristeza y el sentimiento de fracaso que me acompañaba cuando vine aquí.


Según me acerco a la escalera que sube de la playa a la terraza de mi casa mi abuelo sale a mi encuentro.


-¡Kalanie, corre, alguien ha venido a verte!


Al escucharle no puedo remediar que el corazón me dé un vuelco ante la esperanza de que sea Dan y mi madre esté en lo cierto de que me buscaría.


Subo los escalones de dos en dos y cuando entro me quedo paralizada.


-¡Trys, June!


-¡Kala!- gritan las dos al unísono y vienen hasta mí para fundirse en un fuerte abrazo conmigo. En el acto la desilusión por el hecho de que no fuera él se esfuma al tener junto a mí a mis dos queridas amigas.


-Han querido darte la sorpresa y me hicieron prometer que no te diría nada- escucho decir a mi madre.


-¡Que alegría!, ¿qué hacéis aquí?


-Te echábamos mucho de menos- dice Trys haciendo un pucherito infantil.


-¡Y yo a vosotras!- y de nuevo nos fundimos en un fuerte abrazo dando saltitos como unas crías.


-Nos hemos cogido una semanita de vacaciones y hemos pensado que éste era el destino perfecto teniendo en cuenta que tú estás aquí.


-¡Pues claro, no sabéis lo bien que me va a hacer teneros conmigo!


Por la noche salimos a cenar las tres.


Charlamos mientras damos cuenta de un estupendo cerdo a la brasa en un restaurante en la misma playa.


-¿Qué tal Tom y Ricco?- las pregunto.


-Ricco quería venir...dice que esto es un paraíso lleno de mujeres en pareo- contesta June - se ha quedado con las ganas, te echa mucho de menos.


-Y yo a él.


-Y mi hermano parece que finalmente se está dejando enamorar por la pelirroja.


-¿En serio?


-Sí, la verdad es que esa chica es adorable.


-Y muy rica, su abuelo tiene un rancho de caballos- añade June.


-Lo sé, Tom me llevó en una ocasión. Me alegro mucho por él.


-Sí, no podía estar toda la vida esperándote.


-Tom siempre fue y será como un hermano para mí, Trys. ¿Qué tal con Ben?- la pregunto cambiando de tema.


Me dedica una mirada de lo más ilusionada.


-¡No hace falta que contestes, tu cara lo dice todo!- digo riendo.


Después miro a June- ¿Y...Zack y tú?


Mi amiga me mira sin decir nada y yo me temo que la relación más larga que ha tenido haya tocado a su fin.


-Zeta y yo seguimos follando mucho- me contesta entre risas- por cierto te manda recuerdos.

Perdida en tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora