CAPITULO 22

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Me encuentro bajo los efectos del embobamiento que me ha producido su sonrisa y sus palabras cuando aparece de nuevo.


-Se me ha olvidado algo...- dice y yo me dispongo a escucharle solícita- necesito una copia de este documento para poder sacar a Betty del hospital, ¿serías tan amable de prestarme una fotocopiadora?


Le miro y sonríe. Y según lo hace creo que me derrito por dentro, hoy está especialmente encantador, aunque sea por la dichosa Betty.


-¡Claro!, sígueme por aquí- le insto para que me acompañe hasta el lugar donde se encuentra la fotocopiadora. Le observo mientras hace la copia y de pronto una idea absolutamente absurda cruza mi cabeza y hablo antes de ni siquiera pensar- ¿te importaría hacerte una fotocopia de la mano?


Según lo escucha me mira como si me faltase un tornillo así que antes de que piense en ponerme una camisa de fuerza me apresuro a aclarar- es para una técnica nueva que se está empleando en psicología-miento y él sigue mirándome sin decir nada- se denomina...- pienso rápidamente y me invento un nombre para dicha invención- quiropsicoanálisis.


Levanta una ceja mirándome como si fuese de otro planeta y yo me muerdo el labio. ¡Es un tío con una mente prodigiosa!, ¿cómo he podido si quiera pensar que le voy a engañar con una pamplina tan absurda? Así que antes de que me suelte una de sus frasecitas lapidarias que me dejen a la altura del betún decido deshacer esta patraña.


-¡Dejaló!...no he dicho nada.


-¿Izquierda o derecha?- me sorprende preguntando. Y entonces me doy cuenta de que no tengo ni idea de cuál es la mano que se lee y recordando que Isabel siempre me coge la derecha contesto, derecha.


Según lo digo mete la mano bajo la tapa de la fotocopiadora y le da al botón de copiar, tras el flashazo veo salir la copia de la máquina. La cojo y le sonrío- muchas gracias.


-Reconoce que te resulto irresistible- dice irónico y yo le miro como si fuera una cría a la que han pillado haciendo algo indebido. Con la esperanza de no ser tan transparente para él como para que pueda ver que me es del todo irresistible y deseable y...muchas cosas más.


-¿Cómo dices?- pregunto haciéndome la tonta.


-Ya es la segunda vez que me utilizas de conejillo de indias para tus experimentos...me has drogado para escarbar en mi mente y ahora vas a leer mis pensamientos en la palma de mi mano- dice mirándosela incrédulo, está claro que no se lo ha tragado- ¡me debes una Kalanie!...-añade después lanzándome una mirada excesivamente cálida que me hace estremecer.


Asiento con la cabeza y después se despide y le veo marchar. Cuando desaparece de mi vista suelto el aire con fuerza.


"!Estás para que te encierren Kala!", grita la vocecita chillona retumbando en mí cabeza.


El resto de la semana transcurre con normalidad, pero según se acerca el viernes empiezo a sentir como los nervios me pueden, el hecho de no saber si él acudirá a la fiesta o lo que tendrá planeado Zack, me desquicia. Si peligroso es un hermano Moore... imagínate dos...o mejor dicho cuatro porque Bobby irá e imagino que Jason también estará allí.


Por la tarde preparo una maleta, me lleva horas hacerlo, elijo cada prenda de ropa con esmero, al final me decanto por un bonito vestido blanco abrochado al cuello y con la espalada al aire para la ceremonia y para el resto del día ropa fresca, sexy y elegante. Cuando cojo la ropa interior dudo entre la de encaje más erótica o la más informal y sencilla. Decido echar de las dos, después de todo no sé qué me deparará este fin de semana. Para dormir me decanto por un camisoncito de raso gris con el pecho de encaje.

Perdida en tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora