CAPITULO 17

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Abandono la zona VIP sin mirar atrás, ofendida, dolida e indignada a partes iguales. Me encierro en el servicio de señoras y respiro hondo varias veces frente al espejo. De pronto me doy cuenta que necesito a Erik, sus mimos y esa forma que tiene de hacerme sentir como una reina. Estoy segura de que él sabrá lamer mis heridas. Saco el móvil y le mando un wattsap.


"Te necesito"


Al instante responde: "y yo a ti, estoy deseando que llegue esta tarde"


No puedo esperar a esta tarde, así que escribo: " no puedo esperar, te quiero ahora", cuando le doy a enviar me doy cuenta de que ha sonado muy desesperado, pero así es como me siento.


Espero y a los pocos minutos entra un nuevo mensaje suyo. " Me has convencido, lo arreglaré para vernos esta misma mañana, espera mis noticias"


Regreso a mi mesa y me dejo caer en la silla con la mirada perdida. Siento que el peso del fracaso me aplasta, y que solo me mantiene en pie la rabia que siento hacia Moore y su deplorable comportamiento conmigo. No sé cuánto tiempo permanezco en ese estado de semiaturdimiento hasta que el sonido de mi móvil me despierta. Miro el wattsap que acaba de entrar. Es de Erik, me da el nombre de un hotel y dice que me espera allí en una media hora. Me levanto y recojo mis cosas, dejo el coche en el aparcamiento y cojo un taxi hasta allí. Durante el trayecto voy perdida en mis pensamientos. Me pregunto qué le parecerá a Erik que me haya dado por vencida en el primer caso importante que me da. Suspiro mirando por los cristales, lo cierto es que lo que ahora necesito es su calor y esa parte seductora que tanto me gusta así que decido no decirle nada sobre lo acontecido con Moore, al menos por el momento.


Al llegar al hotel pregunto en recepción por la habitación del señor Maine, la recepcionista me informa de que es la 1536. Cojo el ascensor y me bajo en la planta número quince, una vez ante la puerta llamo suavemente con los nudillos. A los pocos segundos Erik abre. Se ha quitado la chaqueta y me dedica una de sus seductoras sonrisas a la vez que me mira de arriba abajo.


-No sabes cuánto deseaba estar contigo a solas...- dice aflojándose el nudo de la corbata, después tira de mi mano haciéndome entrar a la vez que cierra la puerta. Mete sus manos en mi larga melena y atrae mi boca hasta la suya besándome con esa pasión con la que él sabe besar. Me pierdo en esas maravillosas sensaciones para olvidar el penoso percance de esta mañana.


Cuando por fin se separa de mí, me mira fijamente a los ojos- hazme el amor- le pido.


-¿Así, sin preámbulos?- pregunta mientras le quito la corbata.


-Ahora...!ya!- le exijo desabrochándole la camisa para después acariciar ese maravilloso cuerpo que siento mío.


Nos besamos con ansia dejándonos caer sobre la alfombra. Erik solo con su boca hace que me corra en cuestión de pocos minutos. Me mira con una sonrisa ladina.


-Veo que me has echado de menos...- dice con ese tonito seductor que hace que me ponga a cien.


Continuamos en la cama, donde disfrutamos del buen sexo otras dos veces y acabamos en el jacuzzi del cuarto de baño donde nos relajamos tomando una copa de vino. Apoyo mi espalda sobre su pecho y me dejo envolver por sus brazos y las burbujas.


Estamos con los ojos cerrados y en silencio. Siento los dedos de Erik acariciar mi brazo distraídamente.


-Erik...


-Mmm


-¿Sabes que tengo pánico a las tormentas?


-Pánico a qué nivel- pregunta.


-Pánico absoluto- contesto dándome la vuelta- es un trauma infantil- continúo diciendo- viví muchos huracanes en mi isla...recuerdo el olor de la cueva en la que nos protegíamos de ellos, mi abuelo me escondía bajo una repisa de madera- Erik me mira y noto como su gesto cambia a preocupado- no puedo soportar escuchar ese sonido horrible de los truenos sin pensar en los cristales rotos o el aullido del viento como si fuera un lobo acechando fuera de la casa...- según hablo noto como tiemblo.

Perdida en tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora