dos.

8.6K 875 87
                                        

A Dan le gusta conversar, puede mantener una conversación adecuada hasta con una roca, le gusta sentirse escuchado y que alguien esté ahí observándolo mientras sigue hablando. A la mayoría de las personas le gusta tener una conversación con Dan porque citado textualmente: “es realmente relajante y divertido”, por lo que procuraba hacerlo con todos y especialmente con los especímenes raros para medir qué tan raros son.

Y ha descubierto que hay un límite de rareza por lo que no se preocupa cuando empieza a hablar con Elijah de la nada atropelladamente de temas sencillos que puedan evocar la plática de cualquier persona relativamente normal.

Y entonces Elijah luce incómodo ante la gran cantidad de palabras que brota por minuto de la boca mayor por lo que trata de pasar de largo, siendo interrumpido cuando Dan vuelve a pasar enfrente suyo, impidiendo su huida. Pero Elijah tiene una clase de Matemáticas en la que tiene que prestar atención de más y está estresado de tener aquel par de ojos curiosos encima suyo por lo que, casi sin querer, termina rompiendo el marcador de rareza de Dan Miller.

Con solo la frase: “Voy tarde a una clase de matemáticas, agradecería si no vuelves a hablarme, por favor” en una voz bajita, suave y acompañada de unos ojos saltones con unas mejillas sonrojadas nuevamente.

Y, ¿a quién le importa llegar tarde a una clase de matemáticas? Y es más, ¿cómo podía decir que no le volviera a hablar? Pero más importante, ¿cómo pudo romper el marcador de rareza que había construido en tres años de instituto? Eso era realmente muy grosero de su parte.

Logrando el efecto contrario al hacer que Dan se interesara más y más en el espécimen raro #1 en el planeta Tierra.

Especímenes raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora