veinte.

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A Dan le gustaba besar aquellos lindos labios rosáceos del chico castaño. Elijah había tomado confianza y entonces acariciaba la nuca del rubio, quien le gustaba mucho las caricias brindadas por aquellos dedos suaves.

Estaban en la casa de Elijah, ambos jugaban con los dedos del otro mientras veían una película, que acabó después de unos instantes y entonces Dan cambió de canal, en el cual se mostró una escena explícita de sexo en donde seguramente era el canal de mayores. Elijah tapó sus ojos y se escondió en el pecho de Dan, quien reía al ver la reacción tan inocente del castaño. Cambió de canal y entonces dejaron de escucharse los gemidos falsos de la actriz.

“Eli, abre tus ojos. Mírame, ¿si? No hay de qué estar avergonzado, ¿haz visto porno?” el chiquillo negó, alegando que había tenido educación en casa. “¿Quieres ver algo?” el chiquillo inmediatamente negó y Dan no pudo más que reír. “Eli, ¿haz dado un beso de adulto?”

“Fuiste mi primer beso, ¿qué dices?” y la mandíbula de Dan cayó, su corazón latió muy fuerte y se sonrojó por lo bajo.

“Oh” fue lo único que dijo. Elijah quitó las manos de sus ojos y tras un suspiro valiente, lanzó una pregunta al aire.

“Dan, ¿alguna vez tú y yo tendremos algo parecido a lo de la televisión?”

Dan negó.

“No pequeñín, tú y yo haremos el amor, no haremos porno. En la película se muestra el sexo muy rudo y los sonidos son muy sobreactuados, en cambio si tú y yo tenemos relaciones los sonidos que saldrán de tu boca serán jadeos pequeños con esa dulce voz que tienes, ¿entendido? En cambio yo, no te diré cosas sucias, te diré cosas lindas al oído y tú te relajarás para mí y solo para mí. No a nadie más, ¿ok, ojitos? Eres mío porque eres mi novio y yo soy tuyo porque soy tu novio y me gustas mucho. ¿Quieres darme un beso de adulto?”

Elijah asintió y entonces Dan sonrió, tomándolo de las caderas y sentándolo en su regazo. Le dio un pequeño beso en los labios y cuando Elijah estaba pensando que eso era todo, de repente los labios de Dan se abrieron y sus manos escalaron a la curva de su trasero. Elijah enrojeció al sentir la humedad dentro de su boca, al dulce sabor de un caramelo y a pan tostado que esta vez lo sentía más profundo.

Más.

Más.

Y cada vez más.

Las rodillas del muchacho flaqueaban mientras Dan recorría su boca con su lengua y acariciaba su cuerpo sobre la ropa, se sentía tan bien. Especialmente se sentía bien cuando rozaba con su lengua el labio superior, por lo que cuando Dan lo hizo, el chico castaño gimió sin saberlo y el rubio paró de una, sonriendo con dulzura y besando los mofletes del pequeño.

“¿Ves? Esos lindos sonidos vas a sacar si alguna vez hacemos el amor. Y como verás, realmente son hermosos por lo que solo serán para mí, ¿ok?”

Elijah asintió, abrumado ante la sensación que aquel beso le había dejado.

Especímenes raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora