noventa y cuatro.

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A Dan le gustaba enterarse de las cosas, saber de las noticias y verlas especialmente con su dulce niño, quien era uno de los protagonistas de la nota.

El teléfono sonó y Dan atendió automáticamente, esperanzado de escuchar la voz tímida de su bebé pero en cambio recibió la voz alarmada de la madre de su nene, quien lloraba y soltaba maldiciones. Los sentidos de Dan no reaccionaban hasta que se hizo un silencio en la línea y la mujer empezó a romper todo a su paso mientras Dan la escuchaba con una expresión congelada.

Vio el libro de física de su niño tirado en el suelo y lo recogió, apretándole hacia su pecho y sintiendo como las emociones quemaban su garganta y sus ojos.

“Dan, cariño, mi bebé… Mi bebé estaba en ese vuelo, mi bebé está desaparecido en algún lugar, tal vez asesinado a manos de los que se oponían que Estados Unidos diera asilo... D-Dan… Dan, ¿estás ahí?”

“Lo siento, no puedo…” musitó, su voz derrochando tristeza mientras iba a la cocina, colgando la llamada y acercándose al relogrado dor, viendo a su Eli sonriendo como un dulce ángel, tan feliz y luciendo provocador para la cámara mientras le plantaba un beso en los labios. Elijah era inteligente, Elijah sabía salir de esas cosas, Elijah era su preciado bebé.

Pronto sus puños impactaron contra la mesa de cristal, golpeando la superficie y volviendo a golpearla hasta que el vidrio se empezó a quebrar y el rostro de Dan se tornaba rojo de la furia y desesperación. Aventó los vasos al suelo y los estrelló contra la pared pero se detuvo con la taza de café de su bebé, empezando a sollozar de repente al recordar a su niño tomando café con galletas en esa misma taza y lamiendo sus bigotes, atrayendo a Dan para que lo besara.

Dan empezó a llorar, berreando mientras rompía las sillas de su cocina y alguien tocaba la puerta fuertemente. Su padre, seguramente, él había olvidado nuevamente las llaves que Dan le había regalado, debió de haberse enterado, claro.

Dan vio la fecha en su calendario y rompió las hojas con sus manos, siendo tomado en brazos después por unos brazos con colonia a hombre mayor.


“Dan, Dan, escúchame… Si no te calmas vas a sufrir un ataque de ira.”

“Tengo que encontrarlo, decirle que lo necesito, que todavía no nos hemos contado todos los secretos, necesito preguntarle si se llevó todos sus libros, si quiere que lo llame después en Skype o él lo hará, tengo que decirle que Winah va a ser mamá, que Lana nuevamente tendrá gatos y que el jodido perro de Bailey finalmente ha aprendido a llevarse bien con Eli, tengo que desearle un lindo semestre, se me olvidó hacerlo. Pero volveré a verlo, yo lo sé, ¿verdad, papá? Yo lo volveré a ver…” soltó, las lágrimas resbalando por sus mejillas mientras trataba de escabullirse de los fuertes brazos de su padre. “Lo volveré a ver y le daré todas las rosas que él quiera, haré nuestra boda en Suecia, en Noruega, en Holanda si quiere o inclusive vamos a ser la primera pareja casados en Marte, él es un niño caprichoso y él suele hacer un pucherito para conseguir lo que quiere, a él le gusta batir sus pestañas para seducirme, a él le gusta usar unas jodidas boinas de abuelo que lucen lindas en él, a él le gusta mucho que lo bese y siempre hace su boca de patito para que lo haga, dentro de dos semanas lo volveré a ver… Somos dos raritos pero somos dos raritos juntos, es un  combo muy lindo…”

“Él te ama, Dan…” musitó el padre de Dan, tratando de tranquilizar al rubio que poco a poco iba calmando su furia y empezaba a desbordar lágrimas como una fuente rota.

“Nos vamos a casar, él quiere vestirse de negro porque dice que entonces Dios se reirá de que una persona tan cochina entre en su hogar y yo le diré a Dios que él ha tenido el honor de conocer a la pareja que más se ama en este mundo, ¿no es así?” rio, su risa mezclándose con las lágrimas que se desbordaban cada vez más mientras el rubio se deslizaba por el suelo en rodillas. “Nos vamos a casar y seremos los señores Miller, sus mejillas se sonrojarán tanto que lo molestaré respecto a eso pero él sonreirá ante eso porque le gusta que lo haga. Adoptaremos a una chica hermosa llamada Delilah y ella será una hermosa nena, ¿no crees?”

“Sí Dan, Delilah iluminará la casa que ustedes construirán, ustedes tendrán sus felices para siempre en una mecedora, en un día soleado, en un día nevado, comiendo galletitas, juntos, porque ustedes siempre hacen todo juntos” musitó, apretando la cabeza de Dan mientras lloraba. Pensaba en Elijah y en su vulnerabilidad ante las situaciones que estaban fuera de su alcance.

“Él es sólo un niño, un bebé muy llorón y caprichoso pero es un muy buen novio, el está bien…”


«No se han podido encontrar a todos los pasajeros, las primeras investigaciones han dado a la luz que tal vez el fuego los calcinó o fueron tomados como rehenes. América hoy está de luto por estos 148 pasajeros que hoy están siendo buscados para salvaguardar su salud. Próximamente tendremos las primeras fotos del incidente, buenas noches»


Dan gimió, enterrando su rostro entre sus piernas mientras mecía su cuerpo y trataba de respirar bien y volvía a llorar.

“Dan, no. Elijah está bien, él está bien, jodidamente bien, él te abrazará después por provocarte tal susto pero él volverá, te lo prometo, Dan. Él volverá, te lo aseguro, te lo juro por mi vida que él volverá… ” dijo su padre, arrullando a su hijo para calmarlo y no tener que sedarlo. “La ardillita siempre corre para todos lados y  volverá al lado del cerdo mayor, siempre.”


“¿Lo prometes, papá?”


El hombre mayor suspiró, asintiendo.

“Lo prometo con mi vida.”

Tiempo después, la mierda de Dan se juntó porque su padre se había lanzado a buscar a Elijah y había abandonado el trabajo, se había incursionado a una exploración en todo Estados Unidos y después su madre lo siguió, al igual que el padre de Elijah, quien siempre pasaba tiempo con Dan para consolarlo.

Seis meses pasaron cuando Dan fue llevado tras las rejas por conducir ebrio y fue salvado por Jadwin, seis meses pasaron cuando Dan empezó a hacerse daño emocional y seis meses pasaron cuando Dan entendió que no iba a haber una casita, ni un jardín de rosas, gardenias y jazmines; ni una pequeña chica con los atributos de ser la descendencia de Dan y Elijah Miller.

Dan deterioró su salud y pronto cayó en el alcohol, atascando los medios televisivos con presión en el caso de los 148 pasajeros que poco a poco quedaba sepultado por otros casos, soltaba maldiciones y tenía ataques de ira cada vez más hasta que el medicamento dejó de funcionar y entonces le cambiaron la droga a unas más potentes que lo dejaban feliz por ver a Elijah en alucinaciones aunque sabía que eran falsedades.


Dan estaba jodido hasta el fondo.

Especímenes raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora