cincuenta y cinco.

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A Dan no le gustaba el hecho de estar confundido por lo que Elijah trató de animarlo, saliendo por allí con el rubio quien se veía constantemente deprimido.

“¿Dan qué te gusta hacer?”

Dan apenas y lo escuchó así que Elijah lo pateó bajo la mesa de la cafetería, reclamando su atención.

“Jugar tenis...” musitó. Elijah rodó los ojos y le hizo un gesto de que siguiera diciendo acerca de lo que le gustaba hacer. “Observar entonces, me gusta el Arte y cosas así.”


Elijah sonrió.

“¿Y si buscas Diseñador Gráfico o algo que te vincule a crear  algo? También puede ser Arqueología pero eso es investigar y a ti te aburren las otras lenguas que no sean la tuya por lo que está descartado...” musitó, recordando cuando lo veía aburrido tratando de aprender árabe para comprender a Elijah hablando de su libro. “¿Turismo? Uh, aburrido es mucha cultura de muchos lugares así que está descartado.”

“Me gusta diseñador gráfico, suena interesante...” dijo, acariciando la mejilla del menor quien sonrió. “Eli, no quiero que te detengas por nada o sea, me refiero a que no quiero que te limites a una Universidad que esté a mi alcance y en la que tú no puedas sacar todo tu potencial, tú te irás a Nueva York o a donde quieras plasmar tu dulce trasero, ¿vale?” Elijah asintió, retorciendo sus dedos en una señal de nerviosismo. “Promételo.”


“Lo prometo, Dan” dijo en una pequeña sonrisa, enlazando los meñiques de ambos.

Especímenes raros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora