Ser una mujer plena y feliz, no tener problemas ni mucho menos inconvenientes. Eso era Pranpriya en su vejez. Una mujer que soñaba con encontrar el amor, aunque su edad no se lo permitía. Un día frente a su visión llegó una mujer, pero jamás pudo ha...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿De que hablaron? —preguntó Lisa, sentándose en el comedor con Rosé—. Trata de decirme todo.
—Quiero ser breve, Lisa. Porque es un tema sensible, quería engañar a tu hermano de todas las maneras posibles, con casas y dinero, es que no entiendo —aquella se colocó de pie—, ¿cuál es su ansiedad de dinero?
—Yo no puedo creer que sean así —musitó—. Yo no sé en que momento ocurrió.
—En ningún momento, Lisa. Siempre fueron así, siempre mostraron una buena cara contigo y no eran más que unos hipócritas —replicó.
—Rosé, cálmate, ¿qué se sabe de mi abogado?
—Nada. No aparece, lo hemos intentar contactar pero no responde nuestras llamadas. Lo peor es que hablamos con su esposa, y dice que un día salió de casa y no regresó —explicó con detalles—. ¿Qué piensas de eso?
—No se que pensar —Lisa hizo una pausa—. Estoy dudando sobre todo, ¿pero si te sirvió todo lo que te di?
—Por supuesto, Lisa. Pero no vamos a sobrevivir siempre con eso, necesitamos evidencia para que tanto Kai como SeokJin se alejen.
Lisa recordó perfectamente ver a Kai y a SeokJin salir de las oficinas Kim, y sin duda eso la dejó aun con más incertidumbre, y no se contuvo.
—¿Ustedes estan al tanto de la negociación que harán con Jennie Kim?
Rosé frunció el ceño, —¿Qué negociación, Lisa?
—Son unos hijos de puta —masculló—. Me los encontró en la empresa Kim, estaban negociando, pero es un delito sin la firma de mi hermano.
—¿Ves?, se están aprovechando para hacer trampa, no sé que haremos.
—Yo... yo buscaré la forma, no sé como, pero cuando sepa cuando es la próxima reunión te estaré llamando para que te presentes con Young-Hoon, por el momento te daré armas para que sepas como responder, ellos saben cosas de mi empresa, pero no lo saben todo.
—¿Qué quieres decir con eso?
—En mi oficina tengo una caja fuerte escondida —los ojos de Rosé se abrieron como platos, tomada por la sorpresa—. No me mires así, guardaba papeles importantes, y demás cosas, que te pueden interesar, pero tienes que ser cautelosa.
–Prometo que lo seré, nadie se lo encontrará raro si voy con Young-Hoon.
—No, Rosé, irás sola —aseguró Lisa—. Tú eres en quien realmente confío. Irás sola y sacarás toda la información de ahí, donde dejo cosas muy importantes.
—¿Cuáles cosas?
—Las verás después, por el momento. Pásame una hoja de papel —Rosé se la tendió—. Te daré la cable, y con mucho cuidado de no equivocarte la abrirás —le dio instrucciones claras.
