XIII.

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—Si hubieras visto sus caras, Lalisa –Rosé lanzó toda la bolsa sobre la isla de la cocina—

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—Si hubieras visto sus caras, Lalisa –Rosé lanzó toda la bolsa sobre la isla de la cocina—. Cuando supieron que Young-Hoon se empezaría a involucrar en todo el asunto de la empresa. Fue un caos.

—Me lo imagino —Lisa empezó a revisar ciertas cosas—. Lo bueno es que tengo papeles, pruebas, y demás. No fui tonta por esa parte.

—Pero al confiar en persona que no lo merecían, sí lo fuiste, Manobal —recalcó Rosé—. Kai no busca sino aprovecharse, y SeokJin no hace más que seguirlo.

—Son unos vividores, pero no le van a robar a mi hermano, ni a ti. Tienes mucho poder en esa empresa, Roseanne. Mira aquí —señaló—. ¿Ves esto?, es parte importante, y una herramienta que te puede ayudar mucho si la sabes utilizar. No tenía pocas casas, pensé en todos cuando las compré.

—Lisa, yo losé, pero tus primos no piensan lo mismo —replicó—. Y ahora estoy más segura que nunca, no van a descansar hasta que todo esto se termine, y hasta quedarse con todos.

—Yo tampoco voy a descansar —musitó llevándose la taza de café a los labios—. Por cierto, aclárame eso de que te vieron en la oficina de Pranpriya.

—Pues sí —Rosé se echó el pelo hacia atrás—, no fue nada más ni nadie que la menor de las Kim.

El café de Lisa terminó en su pijama, tuvo que ser rápida para secarla. La impresión de su rostro fue todo un poema.

—¿Qué? —soltó con impresión—. Por Dios, Roseanne. ¿Cómo fuiste a cometer ese error?

—Se me olvidó, Lisa. Se me olvidó colocarle el seguro a la puerta —se defendió con rapidez—. Perdóname, de verdad, sé que cometí un error.

—¿Gritó?, ¿dijo algo?, dime —presionó.

—No, no dijo nada, al inicio sí me iba a acusar, pero luego —Rosé tomó aire—, me permitió explicarle un poco, quedé de verme con ella en un café. Habláremos sobre el tema.

—¡No puedes decirle que Pranpriya está en este cuerpo joven! —se señaló alarmada.

—¡No, por Dios! —vociferó la rubia—. Fui la única que se creyó eso, Lalisa. Jamás podría decirle eso, pero tendré que inventarme una excusa con bastante lógica para no parar en un manicomio.

—Esto temía que ocurriera —Lalisa se colocó de pie—. Sí, tenemos esta cosa, pero no podemos equivocarnos.

—Lalisa.

—Yo no tengo tanto tiempo, Rosé.

—¿Por qué no?, tienes una nueva oportunidad y un cuerpo más joven —justificó.

—Cuerpo que no es mío. Fui al cielo y regresé. Pero este cuerpo es prestado y sé que tengo que dejarlo en cualquier momento.

—¿Entonces que pretendes con Jennie Kim?, ¿enamorarla para luego irte?

Heaven And Back. (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora