Ser una mujer plena y feliz, no tener problemas ni mucho menos inconvenientes. Eso era Pranpriya en su vejez. Una mujer que soñaba con encontrar el amor, aunque su edad no se lo permitía. Un día frente a su visión llegó una mujer, pero jamás pudo ha...
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—Yo me iré en la ambulancia con Rosé. Y cualquier cosa, me avisan, por favor.
—Así será, Jisoo —dijo Young-Hoon.
Jisoo se fue con Rosé, mientras que las demás esperabanpacientemente tener una idea de en donde pudieron haberse metido con Yeji.
Jennie permanecía junto a Lisa, no pensaba separarse ni un segundo de ella, por más preguntas que tuviera en ese momento, prefería esperar para que todas fuesen contestadas a tiempo.
—Todo está ocurriendo porque tú no supiste defenderla bien —increpó Ryujin—. Si tan sólo hubiese sido yo.
—¿Que demonios podía hacer? —Lisa abrió los brazos—. Me atacaron entre dos o tres, no tuve siquiera la oportunidad de encender el coche, o defender a Rosé.
—¡No fuiste inteligente. Todo esto esta ocurriendo...!
—Por tu maldita culpa —graznó Lisa—. Todo esto es tu culpa. Si tan solo no la hubieras invitado, si tan solo tus padres no tuvieran en todos estos problemas, esto no estaría ocurriendo. Todo es tu culpa.
—¡Eres una hija de puta! —Ryujin hizo el vago intento de querer golpear a Lisa, pero todos la agarraron para que no avanzara a más.
Jimin por otro lado se mantenía abrazado a sí mismo, sus manos temblaban y las visiones repetitivas de todo el daño que le pueden estar provocando llegaron a su mente. Lo atormentaban.
—¡Basta las dos! —gritó Jungkook—. Peleandose como animales no van a resolver absolutamente nada, ¿qué no lo entienden?
—Lo único que entiendo —intervino Jimin—. Es que si ustedes prefieren gastar su tiempo discutiendo en vez de buscar a Yeji, es su problema, pero yo iré a por mi mejor amiga.
—No sabemos donde está —dijo Young-Hoon.
—Ustedes no —todos se giraron hacia aquel hombre mayor—. Pero yo sí.
La fiesta había llegado a su fin, y todos los invitados se habían marchado ante las tragedias, pero lo que le parecían aun más extraño a Jennie, era no haber visto a Junhui salir, ni mucho menos reclamarle por algo. Eso le parecía por alguna razón, bastante extraño.
—Dinos donde está, y te lo exijo —bramó Ryujin—. ¡Ahora, papá!, todo esto esta pasando por tu culpa.
—Díganos —Lisa dio un paso al frente—. Si lo hace, nosotros prometemos ofrecerle seguridad.
—¿Ustedes? —se rió con acidez—. Ustedes no pueden prometer algo que no está en sus manos.
—¿Qué quiere decir con eso? —Jungkook dio un paso al frente.
