Ser una mujer plena y feliz, no tener problemas ni mucho menos inconvenientes. Eso era Pranpriya en su vejez. Una mujer que soñaba con encontrar el amor, aunque su edad no se lo permitía. Un día frente a su visión llegó una mujer, pero jamás pudo ha...
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En otro momento Rosé, hubierapreferido no tenerse que presentar en aquel lugar, ni siquiera se sentía cómoda en aquella empresa que alguna vez fue su lugar de trabajo. Más bien se sentía una completa extraña. Mucha de las cosas habían cambiado y ciertos espacios, lo único que seguía igual era la oficina de Pranpriya, si es que Kai no la cambiaba.
Young-Hoon estaba al lado de Rosé, más nervioso que cualquiera, esperando que llegaran las demás personas, y sin haberle informado a Kai o a SeokJin. Los cuales querían dejarlo fuera de todo plan que tuviese que ver con negocios de la empresa.
Sin la autorización ni su firma.
—Tranquilo —Rosé posó su mano sobre el hombro del chico—. Todo va a estar bien.
—¿Bien, Rosé?, no sé como se lo vayan a tomar —sentenció—. Quiero irme. No me siento capaz.
—Young-Hoon, tienes que ser capaz —forzó—. Tienes que serlo, porque está en juego tu parte de la herencia, y hasta que el abogado no aparezca, necesitas luchar por eso, ¿bien?
Pasó saliva, –Lo sé, pero tengo miedo, no quiero ganarme más enemigos por esa razón, Rosé.
—Estás conviviendo con los enemigos, y cada día son peores y mas fuertes si no eres capaz de ponerte las pilas, y armarte de valor. Yo te ayudaré, no te mentí.
—Hablas con mucha seguridad, como si supieras muchas cosas —el chico entrecerró la mirada—. ¿Sabes más cosas, Rosé?
—Buenas tardes —la voz de Jennie interrumpió la conversación de Rosé con Young-Hoon—. Deben...
—No, no son ellos —Kai intervino—. Somos nosotros, no sabemos ni siquiera que hacen aquí.
El chico se tronó los dedos, enfurecido por la aparición de Young-Hoon y Rosé, no se los esperaba, y cada vez estaban más metidos en asuntos que él consideraba personales. Para Kai, Rosé y Young-Hoon, era dos inconscientes.
—No, te equivocas –habló Young-Hoon por primera vez—. Rosé era la secretaria y mejor amiga de mi hermana.
—Perdone —Jennie levantó la mano—. ¿Hermana?
—Así es, Señora. Mi hermana. y quien debería estar en esa reunión soy yo —afirmó.
Kai y SeokJin se miraron de reojo queriendo acabar con Young-Hoon de la manera más asquerosa posible, porque se esperaban cualquier cosa menos eso. Kai simplemente sonrió hacia Jennie, y aceptó que Young-Hoon y Rosé estén presentes en la reunión.
En contra de su voluntad, porque al negarse sabía perfectamente que provocaría una pelea en medio de aquellas personas tan importantes con las cuales estaba haciendo negocios.
