XXVIII.

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Lisa miró hacia arriba, y se sorprendió al ver las afueras del lugar

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Lisa miró hacia arriba, y se sorprendió al ver las afueras del lugar. Frunció el entrecejo, y miró a los lados, era un lugar algo retirado de todo lo demás. E incluso, Lisa estaba segura de que no serían encontradas ahí. Y Jennie sabía lo que hacía.

Prevenida de que nadie la siguiera, y de que Junhui estuviera tan ocupado, y apagó su celular para no recibir una llamada. La castaña estaba más que segura de lo que deseaba.

En cambio Lisa se quedó parada fuera de aquel lugar, analizando todo su alrdedor. Se reprendió a sí misma por caer en la tentación otra vez, pero ya estaba ahí y no retrocedería.

Por eso mismo, avanzó hasta estar frente a la puerta de aquel lugar. Levantó la mano para tocar, pero antes de que eso ocurriera, Jennie habría abierto la puerta. Lisa arqueó las cejas y miró fijamente a la más baja, que medio sonreía. Segura de que Lisa no rechazaría su invitación.

—Pasa adelante —se hizo a un lado, y permitió que Lisa cruzara la puerta, haciendo un ademán con sus manos—. Creí que tardarías más.

—La señorita Jisoo me permitió salir más temprano —Lisa analizó el lugar con detenimiento—. No creí que fuera tan lejos.

—Es algo retirado, sí —admitió Jennie—. Pero ideal para que nadie nos interrumpa.

Lisa infló sus mejillas, —Está mal, Señora.

—¿Mal? —Jennie bufó—. No veo lo malo.

Jennie sí lo veía, pero se rehusaba a admitirlo, y aunque en el fondo se estaba reclamando a sí misma por hacer las cosas así; era una de las pocas veces que se estaba llevando la contraria a sí misma. Y todo por Lisa, sabía que la tailandesa influía en su comportamiento.

El cual había estado cambiando con la aparición de Lisa. Jennie era ajena a que no conversaba realmente con aquella joven, y Pranpriya no podía creer que tenía frente a una a una de las mujeres más atractivas que ha podido ver jamás.

pero que sin duda, es una de las más peligrosas, que no duda en clavarte sus colmillos, y chuparte toda la sangre, hasta dejarte tirado en el suelo. Que eso parecía estar haciendo con ella, bebiendo su sangre poco a poco.

Porque no podía dejar de pensarla, su cuerpo reaccionaba a su recuerdo, en base al encuentro en el hospital, y los sueños se hicieron más recurrentes. Era una pesadilla en vida, pero al mismo tiempo el cielo en tus manos.

Y estaba empezando a creer que si no se detenía, podía volverse loca.

Jennie para crear una ambiente, avanzó para servir dos copas de vino. Y le entregó una a Lisa, la cual tomó sin rechistar, mirando primero su contenido, y chasqueando la lengua. Para iniciar su paseo por todo el departamento, el cual de por sí era algo pequeño.

Heaven And Back. (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora