XXXI.

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—¿Sabes lo difícil que será conseguir lo que me estás pidiendo, Ryujin? —Jungkook lanzó los papeles a un lado—

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—¿Sabes lo difícil que será conseguir lo que me estás pidiendo, Ryujin? —Jungkook lanzó los papeles a un lado—. No sé ni por donde empezar.

—Tú eres un buen amigo, al cual le tengo mucha confianza, Jungkook, necesito encontrar a esa chica cuanto antes —reafirmó—. Antes de que Yeji se dé por vencido.

Jungkoo frunció el ceño, —¿No es la misma chica...?

—Sí, esa misma. Le dije que la ayudaría, no le puedo fallar —chasqueó la lengua—. Después de todo, mi vida algo de interesante tiene que tener. Mis padres estaban discutiendo otra vez, Jungkook. Parecen desconocidos en la misma casa.

—¿No te has puesto a pensar que es mejor que te mudes de ahí?

Mudada estoy.

—Quiero decir, que no vuelvas a esa casa. Ese ambiente ya no es el tuyo, tú eres una persona tan distinta, a veces me sorprendo —chistó—. Pero sobre todo, me soprende que sigas apoyando a tu madre.

—No la dejaré sola, es mi madre, estaré con ella hasta poder hacerla reaccionar. ¿Pero me ayudarás en eso? —dijo desviando el tema, sin ansias de seguir en la misma conversación—. Por favor, Jungkook. Eres de los pocos en los que puedo confiar.

El castañó miró la poca información que Ryujin le había otorgado. Y aunque con eso no podía hacer lo suficiente, intentaría buscar por otros medios la forma de encontrarla. Así eso le llevara meses, sabía perfectamente que su amiga no dejaría de insistir en el mismo tema, hasta lograr tener información.

—Te ayudaré, y a todo esto, ¿por qué te preocupas tanto en ayudarla? —preguntó Jungkook.

—Sólo... la considero una buena chica —musitó.

Y en parte era cierto, Ryujin le había tomado cariño, sin dejar de mencionar que le parecía llamativa, y en cierto punto atractiva. Cuando la miraba era típico de una mujer que no podía ocultar el sin número de mariposas que se le formaban a los alrededores, le nacía esa sensación de querer protegerla, y de que la ayudaría cualquier cosa se le pose en la mente a la otra.

—¿Una buena chica? —soltó Jungkook, después de un bufido—. Ay, Por Dios, tu no ayudas porque sea buena chica.

—Me pones como si fuese una aprovechada —Ryujin se recostó de su silla—. Es muy linda —aceptó—. E interesante, Jungkook.

—¿Te gusta? —aquel preguntó en un tono cómplice.

—De nada sirve que te responda eso, ella está enamorada de otra persona —Ryujin infló sus mejillas—. Ni siquiera se le pasa la idea de estar con alguien más.

—Tú eres muy atractiva, y una buena chica, no sería de sorprender que un día la enamores —dijo Jungkook con simpleza.

—La enamore o no, la voy a ayudar, la voy a tender la mano, Jungkook. No me arrepentiré de nada, en cuanto ella consiga lo que busca, se irá. No hay forma de que se quede aquí.

Heaven And Back. (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora