XXV.

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—Aquí es —Jimin miró a los lados—

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—Aquí es —Jimin miró a los lados—. Hay muchas personas.

Iba pegado a Yeji, con miedo a que le ocurriera algo, y con el ceño fruncido. No era un secreto que su primera vez en tocar la ciudad era esa. Y aunque Yeji estaba igual de nerviosa, sabía mantener la calma.

A diferencia de Jimin, que sostenía su mano con fuerza, con temor a perderse o algo similar. Ya que las personas que pasaban por su lado y los miraban de forma extraña.

Ya sea por su ropa, o por lo raros que parecían ser. Pero Yeji Obvio eso, y siguió su camino, con Jimin sosteniendo su brazo.

—Tranquilízate —musitó Yeji—. Pronto encontráremos donde quedarnos.

—Sí, ¿y por mientras qué? —susurró—. Este lugar se ve peligroso, Yeji. Anda, regresemos a casa.

—Ese viaje fue muy largo, Jimin. No puedes creer que me voy a regresar, sin siquiera tener respuestas —replicó—. Olvídalo.

—Pero Yeji...

—Nada. Si te da tanto miedo regrésate tú, pero yo me quedaré, y estoy dispuesta a asumir todos los riesgos.

—Siempre estaré contigo, Yeji. No regresaré para dejarte sola en esta ciudad tan enorme. Tenemos que preguntar —dijo por lo bajo.

—Ve pregunta —lo envió Yeji.

—¿Que?, no —se negó Jimin con rapidez—. Me da pena.

Yeji rodó los ojos y con Jimin tomándole del inicio de su blusa, la siguió. Y fue detrás de ella.

—Disculpe, Señora —interrumpió a una mujer que se encontraba ahí—. ¿Sabe dónde podemos encontrar un hotel?

La señora sonrió con amabilidad. Y sin refunfuñar le explicó a Yeji, como podía llegar y el taxi que tenía que tomar. Así fue más fácil para la joven guiarse, agradeció y avanzó con Jimin hasta la parada de un taxi.

Confundida porque en su pueblo no había de ese tipo de carros, su quijada casi cae al piso. Se internó más a la ciudad, y al igual que Jimin, su mirada fue directo a los enormes rascacielos, los autos lujosos, y a las personas que iba de un lado a otro.

Apresurados por llegar a su destino.

—Es técnicamente imposible que entre toda esta multitud —inició Jimin—. Encontremos a tu noviecita.

—Si no tienes fé, no podremos encontrarla con negativismo —alegó—. Guarda silencio, si no tienes nada bueno para decir, Jimin.

—Claro, ahora es mi culpa. Te dije que no teniamos que pasar esta travesía. Lisa no merece el tiempo que estás gastando en ella —replicó Jimin.

Heaven And Back. (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora