Ser una mujer plena y feliz, no tener problemas ni mucho menos inconvenientes. Eso era Pranpriya en su vejez. Una mujer que soñaba con encontrar el amor, aunque su edad no se lo permitía. Un día frente a su visión llegó una mujer, pero jamás pudo ha...
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—Estoy muy atareada ahora —dijo Jennie en dirección a su hermana—. No se que vestido usar para esta noche.
—Eso nunca ha sido problema para ti. ¿Puedo? —pidió permiso.
—Por supuesto.
—Este negro te quedará hermoso —señaló Jisoo—. No te mortifiques por eso, Jennie. Nunca ha representado un problema para ti.
Jennie suspiró, —No es solamente eso. No quiero presentarme ahí, Jisoo.
—¿Por qué?, tu siempre has sido muy fanática de todas estas cosas—-soltó con seguridad—. ¿Qué cambió?
Jennie sin despegar la mirada de Jisoo, pasó saliva y maldijo para sus adentros.
—No lo sé —se encogió de hombros—. Aun no lo sé, Jisoo. No sé que está cambiando en mí, me siento más vulnerable. Siento que todos me pueden atacar y yo no tendré con que defenderme.
—¿Lalisa tiene algo que ver en todo esto?
—No... Lisa no tiene nada que ver.
—Sí —contradijo con toda seguridad—. Lisa sí tiene que ver, Jendeukie. Estás enamorada de ella.
—No puede ser, Jisoo.
—Jennie, estás enamorada de Lalisa —afirmó nuevamente—. Y no tiene nada de malo.
—¿No entiendes que eso no puede ser?
—¿Y es que tú no entiendes que no tienes veinte años, ni dieciséis para estarte negando cosas que son tan obvias?, actúa como una persona madura —declaró—. No te sirve de nada negarte algo, que al final vas a terminar aceptando. ¿Todo por qué y para qué?, por y para nada, Jennie.
Jennie se pasó la mano por el pelo.
—¡Es que yo no puedo sentir nada por ella!
—¡¿Por qué no, Jennie?!, ¿qué tiene de malo?
—¡Todo, Chu. Tiene todo malo, pierdo el control, pierdo las ganas de estar con alguien más. Siento... siento! —masculló desesperada—. No sé lo que siento, ¿bien?
—No tiene nada de malo. Por Dios, Jennie, no tiene nada de malo sentir —exclamó—. Entiéndelo.
—Yo estoy casada...
—¡Te viene a importar ahora! —gritó Jisoo—. Recién te viene a importar que estás casada.
—No quiero que Junhui le haga daño —los ojos de Jennie se cristalizaron—. No... no puedo porque... tengo miedo —tartamudeó—. Y no sería justo para Lisa.
Jisoo se acercó a su hermana, y la abrazó con fuerza. Sintiendo su miedo, abrazandose a esa oportunidad que tenía de entender a su hermana, y captar sus sentimientos, porque le parecía hermoso ver como Jennie esta vez no tenía peros.
