XVIII.

2K 226 5
                                    

—No quiero que le ocurra nada —dijo Rosé, caminando de un lado a otro en su sala—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—No quiero que le ocurra nada —dijo Rosé, caminando de un lado a otro en su sala—. No soporto la espera, mejor voy y...

—Tú no irás a ningún lado, Roseanne —Lisa la detuvo—. No por el momento, tenemos que dar tiempo.

—Tiempo es lo que menos tenemos, Lalisa —recalcó—. Es mejor advertirle a Jisoo que no sea capaz de decir nada.

—No le vamos a advertir, si Jisoo lo quiere decir, lo hará —Lisa chasqueó la lengua—. Pero algo me dice que no lo hará, Roseanne.

—¿Por qué estás tan segura? —se cruzó de brazos—. Confías mucho en ella.

—No es que confíe. Pero Jisoo no es una de esas personas que va comentando cosas que sabe perfectamente que le puede perjudicar, Rosé —aclaró—. Yo hablaré con ella, pero mañana, por hoy sólo necesito descansar.

—Lisa, perdona todo esto...

—No te preocupes, Rosé. De todas formas, si ella iba a descubrir la verdad, lo haría de una forma u otra —aseguró Lisa con un evidente cansancio—. Hoy sólo deseo dormir hasta... no despertar.

—Manobal —la detuvo Rosé, con aquella voz de advertencia—. ¿Qué te ocurrió por ahí?, y dime la verdad, tú no estás bien.

—Me besé con Jennie —confesó. La quijada de Rosé casi pega al suelo—. Y no sabes la de cosas que sentí con ese beso, Roseanne.

—Espera —Rosé arrastró a Lisa nuevamente hasta el mueble—. ¿Me estás hablando en serio?

—No tuve miedo de nada. La odié por un segundo, pero por otro... la desee tanto, Rosé —Lisa se mordió el labio inferior con fuerza—. Me está matando, Rosé. No sé si quiero enamorarla y vengarme por referirse así a Pranpriya, pero ¿por qué lo haría?, después de todo, ya eso pasó.

—Lisa, estás jugando con fuego. Es mucho más peligroso.

—¿Y tú crees que no lo sé? —Lisa infló sus mejillas—. Sé perfectamente que esto es peligroso, su esposo pudo ver la escena, pero no me importó arruinarle la vida.

—O... te gustó tanto que te terminaste quedando —Rosé alzó las cejas algo burlona—. Ay, Lisa, caíste.

—Nada de eso. No puedo caer por ella —aseguró la pelinegra—. No, me vengaré.

—¿Pero por qué, Lisa?, no todos estamos obligados a sentir agrado hacia a otra persona —alegó Rosé—. No sé que le harás pagar. Tu orgullo está herido, es sólo eso, no cometas una locura por la rabia del momento.

—Yo sé lo que hago, Roseanne. Me iré a dormir —Lisa avanzó hasta las escaleras—. Por cierto, ¿cómo va todo lo de Young-Hoon?

—Tu hermano recibirá toda su fortuna, eso es seguro —certificó—. Antes de lo que tu piensas, todo estará resuelto.

Heaven And Back. (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora