27; handcuffs.

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ㅡAsí que... esta es mi casa, alfa bonito... ㅡ

Sunoo sonrió, un poco tímido, mirando su alrededor con un poco de vergüenza. Él adoraba su casa: era muy cómoda y podía vivir demasiado bien. Pero a diferencia de la de Sunghoon, su casa era por mucho más pequeña y desordenada. Él había olvidado guardar las mantas que quedaron en el sofá de la sala y lavar los trastes que ocupó en la cena. Sunghoon era más ordenado y cuidadoso en esos aspectos, y por tal razón, él sintió un poco de pena.

ㅡEs bonita. ㅡ

Pero Sunghoon no parecía enfocado al cien por ciento en esos detalles. Él miraba la casa con una pequeña sonrisa, deteniéndose de vez en cuando para ver unos de los recuadros que habían en las paredes o fotos que estaban sobre los estantes de la sala. A Sunghoon parecía no importarle y eso tranquilizó mucho a Sunoo.

Fue un enorme suspiro.

ㅡEs muy cómoda... aunque no es muy grande, es confortable. ㅡ

Sunoo soltó una pequeña risita, acercándose a Sunghoon. Aunque le gustaría quedarse y seguir apreciando las mismas paredes de las que está acostumbrado, él estaba ansioso por hacer lo que tanto esperó. Él estaba muy emocionado por enseñarle el "regalo" que con mucho amor preparó, a Sunghoon.

Él se había encargado de arreglar y limpiar su cuarto bien, para que nada interrumpiera sus acciones. Ni la suciedad, ni el olor a polvo, ni los objetos fuera de lugar.

ㅡVamos a mi cuarto, cariño. Creo que es el mejor lugar de la casa. ㅡ

Sunoo sonrió coquetamente hacia Sunghoon, adorando el ver cómo este bajó su mirada de repente y se dejó guiar por él hacia el lugar acordado. Sunghoon derrochaba ternura desde cualquier lado que fuera visto.

Ya empezando a sentirse meramente extasiado, Sunoo se encaminó hacia su habitación, donde una vez ahí, abrió la puerta y se adentró junto al mayor, cerrando la puerta con seguro detrás de él. No era necesario, pero cualquier percance podía ocurrir. Y era mejor prevenir que lamentar.

ㅡEs grande, ¿no? Mi cama también lo es. ㅡ

Sunoo soltó a Sunghoon cuando ya estaban adentro, dejando que este se desplazara para que conociera más de lo que pronto sería un lugar bastante recurrido en su vida. Sería Sunoo quien se haría cargo de acostumbrar a Sunghoon a su habitación.

Mordiendo ligeramente su labio inferior, Sunoo se dirigió hacia su cama y se sentó, viendo a Sunghoon recorrer temerosamente su habitación, haciendo lo mismo que hacía en la sala: observar los objetos que habían en las paredes y en los estantes.

Sunghoon lucía tan... irreal. Era enorme, muy alto y sus proporciones eran grandes. Sus hombros eran amplios y delgados, los cuales hacían un perfecto juego con el resto de su figura. Era delgado, sus brazos también lo eran. Sus piernas largas y bonitas hacían una tierna cueva entre sus rodillas y pantorrillas que lo hacía ver mucho más tierno de lo que ya era.

Sus pies se encontraban entre sí cuando caminaba y sus manos se mantenían jugando entre ellas mientras escaneaba su alrededor. Su cabello rebotaba al compás de sus pasos y su rostro... colorado y maravilloso. Sunghoon era una persona que llamaba bastante la atención por su belleza. Era algo envidiable, algo magnífico para quien fuera como él.

Y Sunoo... Sunoo no podía describir con palabras lo bendecido que se sentía por tener a esa obra de arte hecha persona únicamente para él. Él debía ser envidiado por muchos o por todos.

ㅡBebé... ven. ㅡ

Pero era hora.

Sunoo ya estaba inquieto por lo que pasaría después, así que debía mover sus cartas y empezar la partida. Él ya tenía preparado todo lo que haría, así que el ganar era un final seguro y garantizado. Todo estaba muy fríamente calculado.

❐│𝘀𝗲𝘅 𝗺𝗲🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora