Bitácora de recuerdos

Escribir

Domingo, 20 de agosto de 2023

"Desde que era muy pequeña, en mi mente creaba personajes y lugares maravillosos en donde se llevaban a cabo las más grandiosas y divertidas aventuras. Tan sólo tenía once años cuando me decidí transcribir en papel todas esas imágenes que mi mente desbordada de sueños e ilusiones, reproducía como si fuera una película de cine.

Sin darme cuenta pasaba las tardes, luego de regresar de la escuela, escribiendo a computadora la historia de un grupo de niños de mi edad, en la que descubrían misterios y se encontraban inmersos en un mundo lleno de magia.

Poco a poco las páginas de ese archivo de Word, se complementaban con palabras de diferentes colores, relatando los extraños sucesos que eran parte de esa gran aventura. Cuando no podía estar en el ordenador escribiendo mis ideas, me la pasaba soñando con lo que pondría al día siguiente en aquella historia.

Sin querer, me estaba enamorando de esa forma rara de plasmar toda esa creatividad loca que creaba mi cabeza. En esos entonces jamás pensé que el escribir se convertiría en una parte muy importante en mi vida. Que sería más adelante, mi forma de ver y comprender el mundo, que sería la manera en que podría sacar todas las frustraciones, alegrías, tristezas y estrés que acompañan el día a día.

Ahora que miro hacia atrás, puedo recordar a aquella niña, casi adolescente, que disfrutaba el sólo proceso de la escritura, que únicamente le importaba contar esa historia para sí misma. Que no le interesaba que ojos extraños pudieran leer su manuscrito, porque para ella era suficientemente gratificador realizar como tal la actividad de escritura.

Por bastantes años, se escribieron muchas historias que no han podido salir a la luz. Algunas de ellas inconclusas, otras en espera de ser desenterradas, como un tesoro oculto, con la esperanza de que una mente más madura, pueda repasarlas y convertirlas en obras maestras.

Aún a mis casi treinta y dos años, cada vez que me dispongo a escribir una historia, me siento como esa niña que se divertía narrando las vidas de otras personas. Es como si en esos momentos los años no hubieran pasado, como si un giratiempo me regresara a ser esa pequeña que le emocionaba pasar las horas creando fantásticas aventuras.

Ojalá que lo que resta de mi tiempo en este mundo, pueda continuar siendo ella, que cada vez que la vida adulta quiera devorarme, sólo baste sentarme a escribir para estar completamente feliz en compañía de mis mejores amigos, que han nacido bajo la batuta de mi tinta azul. Y sobre todo, que pueda disfrutar de ese proceso de creación, como lo hice desde las primeras palabras que se animó a plasmar aquella niña rubia y tímida, con la que todo inició."

A.K.